Capítulo 1

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Lucerys había salido a vagar por el castillo, habían torres que evidentemente estaban abandonadas, no se limpiaban y nadie había entrado en años, los pasillos eran oscuros y llenos de polvo, cada mueble en las habitaciones estaban cubiertos por enormes mantas blancas polvorientas y lo único que iluminaba eran los rayos del sol por los grandes ventanales, su lado racional le decía que se fuera.

Aegon y Jacaerys bromeaban diciendo que en ese lado del castillo vagaban las almas de los antiguos Targaryen, por su puesto que no creyó, era un niño curioso, por eso terminó aquí, solitario en una habitación enorme polvorienta.

Cuando Lucerys entró a la última habitación, comenzó a sentir su cuerpo extraño.

La habitación era como todas en ese pasillo, simple, cubierta de polvo y sábanas por todos los lados.

Lucerys abrió la ventana de la habitación y entró algo de viento pero su cuerpo seguía sudando y caliente. Su pulso se aceleró y su respiración se atascó, quitó la sabana que cubría la cama y la arrojó al suelo polvoriento, para su suerte las sábanas de la cama parecían limpias.

Se sentó y desabrochó su jubón, su cuerpo temblaba y con sus manos a penas vio desabrocharlo. Sus pantalones comenzaron a mojarse terriblemente y se horrorizó jadeando asustado.

En un terrible intento de calmar su calor, se quitó la ropa quedando desnudo y el líquido transparente corrió por sus piernas regordetas.

Sus mejillas estaban sonrojadas, sus piernas temblorosas y dolía entre sus piernas terriblemente.

Su madre le había dicho que había nacido como un omega, que en algún momento su calor llegaría.

Ahora estaba llegando.

Sollozó y se subió a la cama, el líquido nunca dejó de empapar las sábanas bajo suyo y su mirada se puso borrosa.

Rhaenyra también había mencionado que el único que podría ayudar en ese momento era el mismo, nadie más.

Su coño dolía luego que tocó suavemente, jadeó por la sensación y siguió tocando haciendo círculos, sus dedos se volvieron resbaladizos y metió un dedo, para su sorpresa, el dolor se calmó un poco.

Así fue como deslizó otro dedo con bastante facilidad, sus caderas se movieron inconscientemente follandose así mismo, gritó cuando sus dedos se hundieron más profundo.

Su lado racional finalmente se reemplazó por la bruma lujuriosa.

Gimió cuando se folló con tres dedos, su pequeña polla estaba dura y sus caderas no dejaban de moverse sobre sus dedos, sus líquidos chapoteaban cada que sus dedos entraban y salían de su coño, el dolor se había ido y la nueva sensación era algo delicioso .

Gritó cuando los espasmos lo golpearon intensamente, chorreo por todos lados mientras temblaba por su primer orgasmo.

Pero su polla y su coño seguían necesitados, Lucerys sollozó necesitado, su mano ya se había cansado y necesitaba más.

Fue entonces cuando el olor a vino de uvas lo golpeó, su omega ronroneó necesitabado.

- Demonios, estás tan mojado - dijo el alfa.

Lucerys abrió sus piernas exponiéndose al alfa, su coño se contrajo y chorreó necesitado. -Alfa, por favor.

El alfa se rió - Un príncipe exponiéndose como una puta, quien diría que el pequeño Luke sería todo una zorra rogando por una polla.

- Por favor, por favor - rogó el omega entre sollozos.

El alfa se empezó a quitar la ropa y se subió a la cama, Lucerys abrió los labios de su coño y el alfa tarareó con diversión. - ¿Quieres mi polla?

- ¡Si! - chilló moviendo las caderas desesperado.

El alfa sonrió y tomó su polla para alinearla en los suaves pliegues, Lucerys movió sus caderas gimiendo agudamente cuando la polla finalmente se enterró en su estrecha entrada virgen, no dolió, al contrario finalmente se sintió bien. Lucerys tiró de los mechones plateados y el alfa comenzó a golpearlo sin ninguna compasión, su coño lo ordeñaba tan deliciosamente y el omega se deshacía en gemidos sosteniéndose del cuerpo más grande.

Sus gemidos y gritos inundaban toda la habitación junto al sonido de sus cuerpos chocando entre sí, Lucerys estaba terriblemente complacido con la polla enterrada en su coño y apretaba con sus piernas las caderas del alfa para mantenerlo cerca.

El omega chorreó sobre su polla cuando alcanzó el segundo orgasmo, su cuerpo tembló y se aferró a los hombros del alfa gimiendo, el hombre mayor no tardó en derramarse hasta que su nudo quedó atrapado en el cuerpo del omega, Lucerys sonrió satisfecho cuando el semen caliente lo lleno.

- Márcame, alfa - perjudicial.

- No, puedo complacerte pero no marcarte - dijo el alfa besando sus labios.

Lucerys protestó pero le siguió el beso.

No hubo amor o amabilidad en el acto, solo era un alfa y un omega en celo tratando de satisfacer sus deseos más primitivos, nunca hubo una marca de apariamiento.

Durante una semana follaron desenfrenadamente , Lucerys había perdido la cuenta de cuantas veces había sido anudado y muchas veces se había corrido, pero fueron muchas, su cuerpo se sintió cansado al final del celo, estaba lleno de moretones, sangre y semen.

El alfa se despidió una noche con un beso y un "lo siento" Lucerys no prestó atención y en seguida se desmayó.

Así fue como un Lucerys de ocho años de edad se había presentado como un omega y ese mismo día había sido manchado por un alfa.

Lucerys no recordaba nada de su celo, solo recordaba haberse sentido satisfecho por las manos expertas del alfa, pero cuando finalmente salió de la bruma de lujuria se había encontrado solo en una de las habitaciones abandonadas de Red Keep con las mantas llenas de sangre y semilla , había pasado una semana en ese lugar con un alfa que no recordaba, pero su olor persistía en todos los lados, impregnados en su piel.

Con miedo a ser descubierto se escondió de los guardias hasta llegar a sus aposentos en dónde se lavó y arrancó todo rastro del alfa antes de que su familia lo notaran, no quería saber más del alfa y prefería esperaba que fuera alguien sin rostro.

Con piernas temblorosas salió de sus aposentos y recorrió los pasillos solitarios hasta llegar a las habitaciones de su madre quién de inmediato lloró al verle, Rhaenyra había enviado a guardias a buscarlo fuera de Red Keep, pero no lo habían encontrado porque siempre estuvo dentro del castillo.

El alboroto fue grande, Viserys estaba furioso buscando al hombre que había profanado la virtud de su nieto recién florecido, cortaría la cabeza del alfa que puso sus sucias manos sobre el príncipe Lucerys Velaryon.

Alicent había propuesto que se "deshicieran" del posible problema (Algo en lo que Rhaenyra estaba totalmente de acuerdo) pero los maestres dijeron que Lucerys no podía tomar el té de luna ya que era muy joven y era su primer calor, el té podría perjudicar su salud o incluso dejarlo infertil toda su vida.

Así fue como nueve lunas después dio a luz a un niño sano, todo un alfa de cabello plateado, ojos violeta y piel lechosa que llamó Aemond.

Rhaenyra había enfurecido pues tenía la coloración de un Targaryen, posiblemente su captor había sido un Targaryen o simplemente había heredado los rasgos Targaryen de Lucerys por parte de ella, nadie lo sabía.

Viserys desconsolado, legitimizó al niño en cuanto nació, Aemond Targaryen lo llamaron pues se decía que su padre era un Targaryen, pero fue Rhaenyra quién insistió en que tomara su apellido ya que a pesar de todo, Rhaenyra aún no se dio por vencida por saber quien había lastimado a su bebé.

Lucerys por otro lado, era el único que sabía la verdad, lo había identificado en cuanto el alfa estaba cerca, podía sentir el mismo olor a vino de uvas que estaba impregnado en su piel aquel día, pero tenía que callar, no quería ser obligado a casarse con el alfa y en su gran corazón, lo perdonó, olvidando todo.

Se enfocó en el pequeño bebé regordete que únicamente le dio felicidad desde que nació.

Su Aemond.

My Mother, My Omega (Lucemond)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora