Capítulo 8

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- ¡Cómo pudiste! - gritó Rhaenyra avanzando para proporcionar una fuerte bofetada a su tío.


Daemon gruñó adolorido. Luego le siguió otra bofetada que le hizo voltear el rostro, su mejilla estaba roja y dolorida. - ¿De que demonios hablas?


- Primero mi hija y ahora mi nieto - dijo Viserys levantándose del trono tambaleante por su avanzada enfermedad.


- No se que demonios dicen - dijo Daemon masajeando su mejilla.


- ¡Aemond es tu hijo! - gritó Rhaenyra con rabia inyectada en su voz. 


- ¿Qué? - Aemond finalmente salió de su burbuja de ensoñación enfocando a todos los rostros a parte del de su madre. - ¿Qué acabas de decir?


- Daemon es el padre de Aemond, es algo notorio - dijo Alicent con el ceño frunciendo y sus manos sujetando con fuerza su pañuelo.


Viserys se enfureció más, parecía que en cualquier momento colapsaría.


- Aemond no es mi hijo, ¿creen que no me habría hecho cargo si lo supiera? - dijo Daemon molesto.


- ¡Eres un mentiroso! - gritó Rhaenyra lista para volver a golpearlo.


Harwin sostuvo a la omega antes que se lanzara de nuevo a Daemon. - Creo que nuestro hijo es quién nos dirá la verdad, hemos estado bastante tiempo evitando el tema, pero Lucerys debe saber quién fue el alfa.


Rhaenyra miró a su hijo con ojos llorosos - Lucerys, dí la verdad, no te culparemos a ti, no fue tu culpa.


Aemond sostuvo más de cerca a su madre quién tembló entre sus brazos.


- Hermano ¿cuál era el olor del alfa? - preguntó Jacaerys. 


Lucerys se sostuvo de Aemond y apretó sus brazos. - Vino de uvas.


La sala quedó en total silencio, todos procesando la información, buscando al culpable de deshorar a Lucerys, algunos ojos se posaron en Aegon estudiandolo con la mirada, listo para culparlo. 


Aegon suspiró tranquilamente - Yo huelo a vino de manzana, a mi no me miren. - dijo el alfa. - además, si Aemond fuera mío claramente se pareciera a mi no a Daemon. 


- ¿Así que Aemond no tiene padre? No hay ningún alfa Targaryen con tal olor. - dijo Harwin. 


Lucerys apretó sus manos - No lo sé, al principio creí que era Aegon por el olor a vino, pero claramente no es vino de uvas y luego estaba Daemon que huele a uvas silvestres y... no coinciden, no lo recuerdo y solo unidos siento ese olor de nuevo.


Ambos alfas mencionados se miraron por un segundo y luego gruñeron.


Daemon suspiró - Yo, ciertamente no he sido totalmente honesto con todos ustedes, se perfectamente quién arruinó la inocencia de su niño.


Todos lo miraron como si se hubiese vuelto loco.


- Habla - dijo Viserys temiendo la respuesta. 


- Fue Aegon, el tonto niño entró en celo mientras perseguía a su sobrino por los pasillos solitarios del castillo. Cuando llegué ya lo había tomado... llegué varios días después, llevában días follando y nadie los buscó en ese lugar.


Alicent jadeó horrorizada.


Daemon había sido parte de la búsqueda exhaustiva de la desaparición del niño, había buscado fuera de Red Keep pero finalmente había decidido escabullirse por su cuenta y buscar entre los huecos inhabitables del castillo, fue ahí cuando encontró lo que estaba buscando, a Lucerys.


My Mother, My Omega (Lucemond)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora