Capítulo 11

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Aemond estaba furioso.

Respiraba con fuerza y caminaba rígido a grandes sancadas, los sirvientes se apartaban temerosos de la furia del príncipe. 

La razón, una sirvienta le había informado que el príncipe Lucerys había solicitado té de luna.

Habrió las puertas de los aposentos de su madre con furia y Lucerys saltó en su lugar llevándose una mano al corazón.

- Dioses, Aemond, no vuelvas a hacer eso - dijo Lucerys. 

- ¿Cómo pudiste? - preguntó furioso.

- ¿A que te refieres? - preguntó Lucerys sirviendo una tasa de té.

El té de luna.

Lo servía frente a él. 

- ¡Tomar té de luna frente a mis narices! - gritó furioso. 

Lucerys suspiró. - No deseo un hijo en estos momentos, además eres muy joven para ser padre.

- Yo quiero ser padre... - dijo Aemond - quiero marcarte, quiero que seas mío, la madre de mis cachorros.

Lucerys suspiró. - Aemond, soy tu madre...

- No me importa, somos Targaryen, podemos hacer lo que sea - dijo Aemond. 

- Hablaré con Daemon. 

Aemond enfureció más si fuese posible, su rostro estaba rojo y su olor era agrio - Prefieres... preferiste tener a su hijo y no al mío.

- Ese hijo eres tú, Aemond. Dioses ¿tan sí quiera te estás escuchando?

Aemond bufó y con grandes sancadas llegó hasta Lucerys y en un parpadeo tiró el té al suelo esparciendo todo su contenido.

Lucerys suspiró rendido. - Ve con Daemon durante una semana, pensaré en todo esto.

- No puedes expulsarme del Reino - dijo Aemond indignado. - No tienes...

- ¡Ante todo soy tu madre y si te digo que vayas con Daemon, Irás con Daemon! - gritó Lucerys. 

Aemond bajó la mirada y apretó los puños - Lo siento, madre.

El alfa giró sobre sus talones y se fue dejando a Lucerys solo.

Aemond empacó algunas cosas y fue en busca de Vhagar, en cuanto la encontró, ambos se dirigieron a Dragonstone. 

________

Al cuarto día desde que Aemond se había ido a Dragonstone, Lucerys aún no había encontrado las respuestas para sus preguntas.

Así que decidió pedir consejo a su madre, así que se dirigió a los aposentos de su madre listo para contarle todo.

Rhaenyra estaba leyendo un libro y sonrió al ver a su hijo - Ven aquí cachorro.

Lucerys asintió y se sentó junto a ella - Yo, he tenido muchas preguntas rondando mi mente estos días.

- ¿Es por la partida repentina de Aemond? - preguntó la omega.

Lucerys suspiró. - Si.

- ¿Que a hecho mi nieto que te tiene tan preocupado? - Rhaenyra frunció el ceño. 

- Nosotros hemos estado más cerca de lo que deberíamos y no se si realmente sea lo correcto, pienso que no lo es pero... no se que hacer, me siento atado. - dijo Lucerys suspirando.

My Mother, My Omega (Lucemond)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora