Cap 5

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Pasados los dos días el juicio llego a oídos de todo el pueblo, no queriéndose perder este asunto los 4.000 habitantes del pueblo se congregaron al rededor del juzgado para escuchar y ver de primera mano cómo se desarrollaba el propio juicio.

Juez: Silencio todo el mundo por favor. Este es el caso 157-1881 el demandante es Mark Gonzales que demanda al señor Philip J Gracker quien es gerente del banco. El demandante demanda el premio de lotería del 7 de mayo de 1881 cuyo número ganador es el 943816, cuya suma asciende a 5 millones de libras esterlinas además de un agregado de 500.000 libras en concepto de daños y perjuicios por discriminar al solicitante. Cuentenos, como fue lo ocurrido?

Mark: gracias señor juez, pues para ponerle en contexto yo regresaba del trabajo, de la universidad de Oxford, y vi a la gente agolpada en la plaza del pueblo, me acerqué y pregunté a una vecina para saber qué estaba pasando. Ella me explicó la situación, el puesto de lotería se colocaba en el centro de la plaza y la gente pues compra su boleto de lotería, en un principio no me sentia muy interesado por ello, pero tras la insistencia de la vecina decidi elegir un número, el 943816, mi sorpresa llegó cuando fue el número ganador y tras esto decidí ir al banco para cobrar el premio.

Juez: bien, señor Gracker, que ocurrió en el banco?

Gracker: Gracias, el señor aquí presente vino a exigir el pago de un dinero el cual no ha ganado, verá señor juez, él no es inglés, la lotería es un evento nacional para obtener un dinero EN Inglaterra, sería raro si se jugara en Francia o en Estados unidos, Rusia, Austria Hungría, Portugal, México, Argentina...

Juez: sí, ya hemos entendido ese punto, continúe.

Gracker: Bien, pues como he dicho, el señor demandante es Español y no podemos darle un premio a un extranjero, que será lo siguiente? que todos los extranjeros vengan a Inglaterra para ganar la lotería y después marcharse a su país para gastarlo? y cuando se les acabe el dinero regresarán para hacer lo mismo? no vamos a pagar un premio si no es un inglés!

Mark: señoría si me permite, las reglas de la lotería dictaminan que no se debe falsificar el boleto, mentir en el número, intercambiar un número, distorsionar el número y un largo etc. pero en ningún lugar dice quien puede y quien no puede ganarlo.

Gracker: ven! estaba en lo cierto, se marchará una vez tenga el dinero del premio.

El juzgado se llenó de murmullos y parloteos que se extendieron a las afueras del edificio, estando en boca de todos los habitantes.

Juez: silencio, silencio! -todos se callan- su argumentación no tiene pies ni cabeza, el que no quiera darle el premio a un extranjero no es un argumento de peso por el cual deba decantar mi decisión a su favor.

Gracker: pero él hará lo que estoy advirtiendo! le contrademando por 2 millones de libras por tratar de estafar a las instituciones inglesas y de tratar de manchar el buen nombre del banco que soy gerente!

Juez: pueden dejar que sus abogados hagan su trabajo? o solo los han traído para ver el espectáculo que montan en frente de todo el pueblo?

Gracker: pero..

Mark: mejor quédese en silencio si no va a dar argumentos de peso; señoría, en ningún lado dice quien puede o no participar en la lotería, hasta donde yo sé el único requisito es pagar por el número, esperar a que este sea el ganador, no manipularlo ni cambiarlo y cobrar el premio si he ganado. Mi caso es precisamente este, yo pagué por el número, mi número salió ganador y cuando fui a cobrar es cuando se me denegó el cobro.

Juez: entiendo, como todos hemos escuchado ambas partes, ahora iremos a escuchar la parte de los abogados, sin embargo, esto se hará a puerta cerrada; si tienen algo que decir vengan conmigo y tras la discusión daré el veredicto.

Ambos abogados se reunieron con el juez y más testigos para dar el veredicto por casi una hora, un tiempo lo suficientemente largo como para aburrir a todos pero no lo suficiente como para hacerles marchar de sus lugares dentro y fuera del juzgado, deseaban saber el resultado de este juicio tan absurdo como interesante para los habitantes. Muchos no dudaban que al día siguiente se encontraran con un artículo en el periódico hablando de este caso.

El juez regresó con los abogados listo para dar su decisión final sobre el caso.

Juez: bien, en vista de los argumentos dados por ambas partes, la situación que se presenta, lo absurdo de unas acusaciones basadas en suposiciones fantasiosas sin hechos reales y demás parafernalia absurda, me veo en la obligación de conceder la demanda en la totalidad al señor Mark Gonzales, los 5,5 millones de libras esterlinas deberán ser abonadas a la cuenta en un plazo no mayor a 15 días hábiles comenzando desde hoy, en caso de no ser recibidas se añadirán otras 500.000 libras por cada 15 días que transcurran sin ser abonadas.

Gracker: pero señor juez!

Juez: he dicho, caso cerrado! -da un golpe con su martillo- si el problema persiste la suma aumentará significativamente. Tengan un buen día todos.

Mark se abrazaba con su abogado luego de haber convencido, y debatido nuevamente, al juez sobre las tonterías del gerente del banco. Al día siguiente Mark pasó por el banco, una vez más, para cobrar el premio de la lotería además de su indemnización por los daños ocasionado por esa demora.

Banquera: siguiente! oh, señor es usted.

Mark: sí, soy yo; como dije hace un par de días, vengo a cobrar el premio de la lotería.

Banquera: con mucho gusto señor Gonzalez; lo quiere en metálico o en cheque?

Mark: ingréselo en la cuenta bancaria que tengo en el banco, la cual me lo pensaré si dejar de tenerla en este banco y marcharme al de enfrente o continuar con ustedes.

Banquera: -nerviosa- jeje, claro que sí señor, disculpe las molestias ocasionadas, ha debido ser un terrible malentendido.

Mark: terrible ha sido tener que lidiar con las ideas estúpidas y absurdas de su gerente, ah! y no se olvide de la indemnización, también a mi cuenta bancaria.

La banquera se lamentaba haber metido la pata hasta el fondo, pues tanto dinero en su banco le daría mucho prestigio a la marca, pero tras el incidente y la decisión de retirar su cuenta de la entidad había logrado perder ese prestigio. 

El lobo por el contrario no pareció importarle, el gerente le trató de mejor manera al escuchar que se planteaba cerrar su cuenta en ese banco para abrirlo en el de la competencia. Pero el daño estaba hecho y la decisión tomada.


Mi Frankenstein 3 (Furry Yaoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora