Epílogo

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Mark comenzó a abrir lentamente los ojos, se encontraba en una habitación, no era una habitación sino una especie de mundo oscuro, podría verse como uno. Un lugar oscuro pero con suelo, un infinito de oscuridad pero al mismo tiempo era capaz de poder ver a su alrededor, el lugar no era tan apagado como en un principio pensaba.

Mark: hola?

No hubo respuesta, sus palabras resonaron en el lugar, sin ser respondidas por nada ni mucho menos nadie. Empezó a preocuparse por si su invento lo había transportado a algún tipo de dimensión alterna, otro universo paralelo donde no había nada, ni objetos, ni vida, ni sol, ni luna, nada, tan solo él y una oscuridad absoluta que no se sentía como estar en mitad de la noche sin estrellas, luna o algun tipo de luz artificial.

De entre las sombras, si es que había de eso, apareció una figura con una gran toga negra cubriendo todo su cuerpo, imposibilitando ver su rostro pero dejando ver unas manos huesudas, no, no eran huesudas, directamente eran huesos.

¿?: bienvenido al otro lado Mark, te he estado observando.

Mark: quien eres? como me has observado?

Muerte: yo lo veo todo porque yo soy la muerte.

Mark: que? eso significa que... no, no puedo estar muerto!

Muerte: pero lo estas, mira -se abre el portal para ver la tierra- acabas de recibir una descarga eléctrica importante y has muerto, por lo que eres bienvenido al "otro lado".

El portal empezó a mostrar el momento en el cual Mark había activado su invento pero este no realizó ninguna acción, posteriormente decidió cambiar algo del invento y este recibió una fuerte descarga eléctrica que lo dejó tendido en el suelo inmóvil. Después de eso el portal se cerró dejando ver nuevamente un suelo negro, como el resto de la dimensión de los muertos.

Mark: no, no, no! esto no puede ser cierto, no puedo morir, no ahora! -frustrado-

Muerte: no hay vuelta atrás, Mark.

Mark: debo volver, no puedo dejarle, no ahora que todo iba a estar mejor, no puedo separarme de él!

Muerte: no se puede hacer nada, la muerte es irreversible a pesar de no morir de forma natural, muchos han aparecido diciendo lo mismo, que no es su hora, que no deben estar muertos... pero al final de todo solo hay una cosa cierta, todos ellos si están hablando conmigo están muertos.

Mark: de haber logrado todo... te hubiera evitado por siempre?

Muerte: crees haber logrado la inmortalidad? bien, adelante, piensa eso, piensas como beneficio para la furnidad lograr ser inmortal?

Mark: bueno, como logro hubiera estado bien, quiero decir, no solo entraría en los libros de historia sino también podría evitar la muerte. Qué hay de malo en ello?

Muerte: jeje, estoy muy seguro de lo que digo. Hazte un favor, la inmortalidad no tiene sentido, llegará un punto en el cual desearías poder irte de ese mundo.

Mark: viéndolo así... supongo que tienes razón, pe-pero mi invento.... no, en verdad no sé que esperaba de el, tal vez solo pensaba en alargar la vida un poco más, dar... una segunda oportunidad a los fallecidos de forma accidental. Pero habría podido lograrlo?

Muerte: me gustaría decirte algún tipo de respuesta pero... nunca lo sabremos, estas muerto y no puedes volver a la vida.

Mark: sí, es verdad. Me gustaría poder volver, aunque no sea lo mismo, tal vez... pueda hacerme mejor ahora que sé esto.

Muerte: bueno, en realidad puedes volver...

Mark: en serio? haz que vuelva.

Muerte: bueno, puedes volver, eso es un hecho, pero no como tú querías regresar.

Mark: me da igual, quiero regresar.

Muerte: para volver, necesitaré reencarnarte.

Mark: eso es malo?

Muerte: si vuelves te reencarnaras en cualquier otro furry por lo que olvidarás todo de tu vida pasada, es decir, si regresas olvidarás todo de lo que ahora sabes.

El lobo se quedó en silencio un tiempo pensando en qué hacer. Por una parte la idea es perfecta, sobre todo si quiere volver a ver a Fran, pero por otra parte no sentiría nada pues no le reconocería, además de que el mundo es muy grande y podría no reencarnar cerca de él.

Muerte: sigues queriendo reencarnarte?

Habiendo respirado hondo y determinado con su respuesta decidió hablar.

Mark: aunque sea lo último que haga, voy a reencarnar

Muerte: bien, esta es tú decisión.

Mark: por favor muerte, reencárname cuantas veces haga falta hasta lograr estar con él, no importa cuantas veces muera, en el momento que ocurra reencárname para seguir con mi búsqueda.

Muerte: está bien, como quieras. Te reencarnaré sin que tengas que hablar conmigo cada vez que fallezcas.

La figura negra empujó al lobo que comenzó a sentir como caía al vacío hasta que todo se volvió negro.

































Enfermera: Empuje señora Hernando

SRA. Hernando: y que crees que hago, agh!

¿?: Cariño empuja un poco más, ya casi has terminado, lo has hecho muy bien, solo queda un último empujón.

SRA. Hernando: como si fuera tan fácil.

¿?: Repite conmigo, inspira -coge aire- expira -expulsa aire- repite otra vez, inspira -coge aire- expira -expulsa aire-.

Enfermera: Puje una vez más señora, ya casi ha salido!

¿?: bua!! bua!!

Enfermera: Enhorabuena! es un niño, un lindo y sano lobo por lo que parece, y qué pulmones tiene.

¿?: Mira cariño, es nuestro hijo! -llorando de felicidad- es mi hijo!

SRA. Hernando: lo sé, y el dolor de cabeza que me ha dado parirlo lo hace aún mas gratificante tenerlo en mis brazos.

¿?: como lo vamos a llamar? todavía no he pensado en un nombre, te-tenía unos cuantos en mente como Karl, Fernando, José, Marcos... pero nunca supe cual de ellos le pueda quedar bien y... ahora que ha nacido debemos pensar en uno.

SRA. Hernando: tú y tus tardías decisiones, pero sabes? yo tampoco tenía un nombre para el bebé. Al menos no hasta ahora.

¿?: Y cómo se va a llamar?

SRA. Hernando: se llamará... Mark, Mark González.

FIN

Mi Frankenstein 3 (Furry Yaoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora