Capítulo VI: Consideración

2.6K 164 11
                                    

—¡Buen día, Mandy! —saludó enérgicamente el bufón pelirrojo. Sin embargo, su saludo no fue devuelto. Su jefa ni siquiera le dirigió la mirada mientras abría la puerta de la fábrica— Uh... ¿Mandy? —preguntó, al principio preocupado del cambio de actitud que tenía para con él. “¿Y si descubrió mi broma?” pensó mortificado por un momento.

Mandy seguía sumida en el silencio absoluto. Simplemente le cedió el paso y tras de sí cerró la puerta. Cuando Chester pudo divisar mejor la expresión de la rubia, notó que, más bien, se le veía nerviosa.

—Ey, ¿qué ocurre? —interrogó en un tono preocupado. A pesar de todo, consideraba a Mandy su amiga, de una forma muy particular. Podía ser mandona y algo neurótica, pero a fin de cuentas no podía desentenderse totalmente de ella cuando parecía estar así de mal.

—Eh... Hay mucho trabajo por hacer —contestó sin ahondar en explicaciones mientras sacaba rápidamente algunos documentos de su carpeta. Los ojeó rápidamente y se dirigió a la bodega. Chester la seguía de cerca—. Hoy tengo el doble de trabajo, así que será mejor que me apresure.

—Wowowowow, ¡un momento! — exclamó poniéndose en frente de ella para frenar su marcha—. ¿Doble de trabajo? ¿A qué te refieres? —inquirió llevándose una mano al mentón y mirándola con curiosidad. Mandy suspiró pesadamente y trató de rodearlo.

—No tengo tiempo para esto, Chester. Debo empezar ya —no obstante, Chester la detuvo agarrando su muñeca. Mandy quiso reaccionar liberándose del agarre del pelirrojo, pero no pudo. El tacto se sentía extrañamente reconfortante.

—Anda, dime qué te ocurre. Es la primera vez que te veo con esa cara larga, y mira que tú casi siempre tienes la cara larga... —pidió en un tono amable y suave. Aquello distaba mucho de la personalidad agitada y poco cuidadosa del bufón.

—Está bien —dijo apartando su brazo. De igual forma, lo hizo de manera tranquila, diferente a la reacción violenta que hubiera tenido antes si Chester se atrevía siquiera a tocarle un pelo—. Hice el conteo mal la semana pasada. La fábrica comenzó a tener quejas de clientes que habían recibido productos en mal estado o ya caducos. Mi padre me ha sermoneado y ahora necesito hacer una doble revisión, lo de la semana pasada y esta. Ha sido mi culpa por no haber puesto atención mientras separaba la merma, así que debo iniciar cuanto antes si quiero terminar —expresó con cierta tristeza en sus ojos y en su voz. Chester no pudo evitar sentir compasión, y también algo de culpa. Recordó vívidamente que su jefa había perdido el conteo y la caja de la merma mientras charlaba con él.

—Déjame ayudarte, ¡entre los dos terminamos más rápido! —sugirió ahora con una sonrisa, iluminado ante la idea de que su ayuda podía ser útil.

—Gracias pero... Debo de hacerlo sola. Yo estaba a cargo del conteo ese día y lo hice mal. Es mi responsabilidad, y yo sola debo enmendarlo —explicaba con desánimo. Pero Chester no iba a rendirse tan fácilmente.

—¡Los accidentes ocurren! No tienes por qué sentirte culpable. Si tu padre se enojó contigo por eso, realmente no sabe el gran esfuerzo que haces siempre. Fue un desliz, y está bien aceptar ayuda. A veces no podemos hacer todo nosotros solos.

Mandy se quedó en silencio, pensando en la ayuda que le estaba ofreciendo. Sin embargo, aún no parecía del todo convencida.

—Además, ¿tenemos que tener ese conteo terminado antes de las 7:00, no es así? Una segunda mano te aseguraría terminar antes de esa hora. No soy muy bueno con las matemáticas, pero estoy seguro de que una sola persona no podría hacer todo ese conteo en menos de una hora —argumentaba totalmente convencido de sus palabras. Chester la miró con ojos de cachorro y una cálida sonrisa, lo cual terminó por impedir todavía más a la chica decirle un “no”.

—De acuerdo, pero si te equivocas, esta vez voy a decir que fue tu culpa, y no creo que quieras también tú tener un sermón de tu madre —advertía, más que como amenaza, a modo de broma por la ligera sonrisa que se formó en sus labios brevemente.

—¡Oh, por favor no! —rogaba el pelirrojo siguiéndole el juego.

La siguiente hora estuvieron apurados separando la merma del producto en buen estado. Charlaron mientras lo hacían, pero sin distraerse demasiado, y ambos traTaban de no perder la cuenta y no perder de vista las cajas de merma.

Los esfuerzos valieron la pena, porque terminaron cinco minutos antes de abrir y los trabajadores comenzaron a llegar poco a poco. La maquinaria se puso en marcha y el ambiente se puso más cálido gracias al termostato. Chester fue el encargado de terminar con los pocos dulces que quedaban mientras Mandy hacía rápidamente una nueva lista de asistencia.

Ese día todo fue de maravilla, y eventualmente Mandy fue la última que quedó en la fábrica mientras hacía el corte y cerraba. Notó que estaba comenzando a llover, y pronto se hizo más torrencial. La época de lluvias había comenzado hace unas semanas y justo ese día olvidó traer su paraguas.

—Bueno, algo tenía que salir mal hoy —expresó para sí, pensado en que tenía que esperar a que la lluvia se apaciguara un poco. Ya que se aburría, recorrió con la mirada la tienda. Rápidamente sus ojos notaron algo inusual y se acercó a su escritorio. En la silla estaba colgado un paraguas amarillo, y en su escritorio estaba un papel medio arrugado.

—¿Cómo no noté esto antes? —dijo mientras leía lo que decía el papel. Era una pequeña nota.

«Vi que olvidaste tu paraguas hoy, así que pensé: “¿Por qué no dejarle el mío?” ¡No tienes que agradecerme, pero un aumento no me vendría mal!

Atte: #TheBestClownInTown!».

Mandy no pudo evitar sonreír ligeramente. “Es un idiota” pensó. Debía de admitir que se sentía enternecida por aquel gesto.

—Ahora que lo pienso, ¿Cuándo lo dejó..? Bueno, últimamente es el último en salir —meditó por un momento. Tomó la sombrilla y guardó la nota en un compartimento de su carpeta. Después terminó con el cierre de la fábrica y regresó a su casa, sonriendo inconscientemente mientras sostenía el paraguas amarillo. Por primera vez, caminar bajo la lluvia le pareció agradable.

Many A True Word Is Spoken In Jest (Chester×Mandy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora