El cazador negro

capitulo 25 T2

-No me quedaré aquí entrenando sin parar. No puedo dejar que los inocentes mueran sin parar

-Lo entiendo. Pero para lograr ser un imperial al 100% tienes que entrenar bajo condiciones extremas por más de un año humano

-¿Se puede reducir el tiempo?

-Sí, pero el entrenamiento puede ser equiparable a pelear seriamente con tu madre-advirtió

Rin al escuchar esas palabras aunque con miedo aceparía al desafío-Está bien. Lo are- dije determinado

De la nada un títere de madera con millones de runas, círculos mágicos y gemas mágicas estaban encastradas en el-Este muñecos era usado por los imperiales más fuertes como entrenamiento. Ahora solo hay que indicar la dificultad: fácil, media, difícil o sangrado extremo. Iniciamos con f...

-Sangrado extremo- ordeno Rin al muñeco, Era un enemigo formidable, con millones de runas, círculos mágicos y gemas mágicas encastradas en su cuerpo. Su sola presencia hacía temblar la dimensión

Con cada golpe que Rin daba al muñeco, el títere cobraba vida con una intensidad siniestra. Sus ojos se teñían de un rojo ardiente y su piel se volvía tan dura como el acero. El aire se cargaba con la magia oscura que emanaba de su ser, creando ondas de energía que amenazaban con consumir a Rin.

Cada encuentro era una lucha desesperada por sobrevivir. Rin se movía con agilidad, esquivando los ataques del títere con reflejos sobrehumanos. Cada corte, cada estocada, era un acto de valentía y resistencia contra la inevitable muerte que acechaba en cada rincón.

Pero el muñeco no conocía la piedad. A medida que Rin avanzaba en su entrenamiento, el títere se volvía más implacable. Sus movimientos eran más rápidos, sus ataques más feroces. La madera crujía bajo la fuerza de sus embestidas, y Rin sentía cómo cada golpe resonaba en su cuerpo y amenazaba con romper sus huesos.

En un punto crítico del entrenamiento, Rin se vio acorralado. Agotado y herido, se enfrentó al títere con una determinación inquebrantable. En un último acto de desesperación, decidió utilizar toda su magia y habilidades, desatando una tormenta de poder que sacudió los cimientos de la dimensión del imperial negro.

La energía mágica fluía a través de Rin, envolviéndolo como un aura brillante. Sus ataques se volvieron más precisos y devastadores, rompiendo las defensas del títere y arrancándole trozos de madera. Cada movimiento era un baile coreografiado con la muerte, donde Rin desafiaba los límites de su propia existencia.

Con cada golpe, Rin sentía cómo su espada improvisada se fortalecía. La materia oscura que la componía resonaba con su espíritu y se convertía en un arma letal y peligrosa, de un parpadeo el sello de cadenas que la Duquesa había colocado en la magia de su hijo para poder evitar que este perdiera el control. Estas se parten liberando así toda y aún más magia

De repente. Cuando la situación perecía más tranquila, el aura de Rin toma una forma monstruosa que hasta el mismo imperial tembló de miedo al verla

-ES INCREIBLE, DE VERDAD EN SOLO SEMANAS DE ENTRENAMIENTO SIN PARAR LOGRO LLEGAR A ESE NIVEL-pensó alegre y sorprendido el imperial-Rin. Desde ahora tú tendrás que protegerte aún más de perder el control y por ello corar a tu manto será el objetivo principal, y yo lo are

-¿Que pasara luego de que te supere por completo?

-Lamentablemente yo ya no existiré en este mundo, lo importante es que te rencuentres con el heredero del imperial blanco

-¿Cuantos existen en total?

-No lo sé. Puede que mil o más, pero no te preocupes tú ya los superaste a todos ellos con este entrenamiento-hablo sin darle importancia- Ellos tendrán que obedecer tu voluntad y tus ordenes, pero ten cuidado puede que no se así