capitulo 53 T3 (El juicio final) parte 4

4 2 0
                                    

Todo era un caos. Los cazadores que habíamos dado por muertos habían vuelto a la vida gracias al poder de la eternidad oscura, una entidad que amenazaba con destruir todo lo que existía. No quedaba nadie más que yo, mi marido, Rubi, el rin demoniaco y solo un par de elfos supervivientes.

Mi esposo estaba pálido y tembloroso. Lo miré y traté de bromear para aliviar la tensión.

-¿No eras tú el general más valiente y fuerte de todos? Ahora pareces una gallina asustada.

-¿Te parece momento de hacer chistes? Tenemos delante a la eternidad oscura, el enemigo más temible que jamás hemos enfrentado. No sé cómo...

-Debe ser el último recurso del... - De repente, una voz interrumpió nuestra conversación. Era un silbido agudo que entonaba una melodía nostálgica, una melodía que me hizo recordar algo de mi pasado. - Tartaro.

-¿Tartaro? ¿Quién es ese? - preguntó mi marido, confundido e intrigado.

-Cuando recién ascendí al trono de mi clan, hubo una guerra terrible. En ella conocí a Tartaro, un ser de pura oscuridad y maldad. Él acabó con la guerra con la excusa de que interfería con el nacimiento de su rey. Con solo apagar la vela de su lámpara, se transformó en un monstruo y aniquiló a los invasores en un instante.

-Es un placer verla de nuevo, duquesa Olimar - habló Tartaro desde detrás de nosotros, lo que nos hizo alejarnos rápidamente.

-¿Qué planes tienes ahora?-Pregunto la duquesa desconfiada y muy alerta de cualquier movimiento por parte de Tartaro

-No se preocupe esta vez he venido a ayudarlos, su majestad me ha ordenado acabar con la eternidad.

-Así que tu rey nació, ¿quién es?

-Su hijo, Rin Olimar, o más bien conocido como el cazador negro. Ahora, si no les importa, tengo que ir a jugar un rato - Tartaro desapareció y reapareció a unos metros de nosotros, frente a la eternidad oscura - Vaya, eres más grande de lo que esperaba - comentó con sarcasmo.

La eternidad oscura no respondió con palabras, sino con ataques furiosos. Lanzó puñetazos, pisotones, manotazos, intentando aplastar a Tartaro. Pero este esquivaba sus golpes con una agilidad sobrenatural, burlándose de su torpeza.

-Perdona, pero esta vez no estoy para juegos- dijo Tartaro, levantando la lámpara hasta la altura de su cabeza. Sopló, apagando la vela por completo. Entonces, algo increíble ocurrió. Tartaro y la eternidad oscura intercambiaron sus tamaños. El guardián de la oscuridad se hizo gigantesco, y la eternidad se encogió hasta quedar en su mano. - AHORA SÍ ME VOY A DIVERTIR- gritó Tartaro, apretando a la eternidad con ambas manos. Se oyó un crujido horrible, como si se rompieran huesos, músculos y tendones. La eternidad oscura soltó un enorme y fuerte grito de agonía, pero Tartaro no la dejó morir. La arrojó al suelo con fuerza, causando una grieta enorme.

-Se suponía que las eternidades eran las más fuertes de cada universo, de cada existencia. Pero solo son una broma- dijo Tartaro, volviendo a su forma original- He terminado.

Mientras tanto, con el equilibrio oscuro

-MALDITA SEA-grito con furia y desesperación- JAMAS PENSE QUE ESE SUJETO APARECERIA-siguió gritando- En ese caso tendré que encargarme yo mismo y si todo va bien podre de hacerme de un cuerpo más fuerte-abrió un portal y una vez que los cruzo termino apareciendo al frete de Tartaro, pero este no reacciono de ninguna manera

-¿No saludaras?

-Saludar a alguien tan inferior a su majestad es insultarlo, por lo que no, no te saludaré-expreso con desinterés y una pisca de odio- majestad está cerca- posteriormente el cielo se oscureció y una luna llena de color rojo se posiciono en la cima de este, luego golpes se escucharon

El cazador negroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora