final

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una semana había ocurrido después de aquella dura noche para muchos, pero para algunas bestias fue tremendamente espléndida.

la delincuencia bajó, al igual que la situación de calle. la gente pareció pasar la página y no hacer más escándalo por esa noche, aunque siempre habían algunos alzando la voz por los que no querían.

aún habían calles empapadas de sangre, sangre seca que era tan difícil de remover por más que se intentara. también los hospitales seguían un poco saturados de gente, habían casos más serios que otros.

el país renació, pero de una manera desagradable y muy poco humana. la participación fue alta, por lo cual se haría más seguido, anunciaron. el otro año, a la misma hora, durante doce horas todo iba a ser legal, de nuevo.

existía gente que despreciaba la forma en la cual el gobierno actuó y otros le pedían explicaciones a dios, ¿cómo era capaz de mandarles una prueba tan cruel?

¿acaso satanás había tomado sus almas?

. . .

jeongin comenzó a tener una vida normal, más linda de lo que acostumbró, considerando que tenía un lindo novio esperándolo todos los días en su linda morada.

optó por no volver a tocar el tema de lo que ocurrió en el laberinto, el recordarlo lo hacía sentir débil y el no hacerlo le parecía bien, se sentía bien.

ya nada de burlas, nada de humillaciones. siente que les hizo temer aquel noche que decidió enfrentarlos, ni siquiera son capaces de sostenerles la mirada cuando los observa.

algo bueno que haya obtenido esa noche, sin contar el amor de su hyung. estaba muy contento con lo que era su vida ahora, parecía de ensueño.

con el dinero que obtuvo por participar en la purga pudieron costear algunas cosas y pagar deudas, por lo cual podían darse algunos gustos.

como una cena entre amigos.

— ¿dónde están los platos bajos, jeongin? te juro que he dado vuelta la cocina y no los puedo hallar, ¿acaso comen con las manos ustedes dos directamente de la olla?

— en el estante, yongbok. —contestó riendo la pareja de jeongin, felix era muy carismático y le hacía reír con facilidad— ¿cómo vamos a comer de la olla?

— no sé, por lo visto los veo capaces, pero gracias, hyunjin. —sonrió y los sacó, se le había olvidado revisar ahí.

— me gusta mucho la vista, chango. —minho pareció para aspirar el viento fresco desde el balcón del departamento mirando el gran parque que había en frente de este— hay que comprar algo así.

— ¡mil veces te he dicho que no me digas chango! —changbin golpeó el hombro de minho y éste soltó un grito, le había pegado en su herida.

— te vi, seo. deja a minho tranquilo, sé que es molesto, pero no lo golpees así. —lee sólo se hizo el ofendido mientras se quejaba.

— me molestó, te juro.

— siempre es lo mismo, siempre te molesta y así, basta.

— ya jisung, no le pegaré más, lo prometo.

era increíble como jisung se había adaptado al trío tan hábilmente, considerando que ellos siempre habían sido tres durante años.

the purge - hyuninDonde viven las historias. Descúbrelo ahora