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era dos grandes furgonetas que se dirigían a su deber, en ellas iban alrededor de unas veinte personas encargadas de hacer el bien, según ellos.

estas mismas furgonetas contenían muchas armas, pero claro, menos aquellas que sobrepasan el nivel cuatro. querían demostrar que la purga era mala idea, que no debería ser así, pero no les queda otra que usar fuego contra fuego.

arriesgar vidas a cambio de otras si era necesario.

el diálogo no había funcionado y les habían insinuado que si intentaban otra maniobra pacífica no les quedaría otra opción que comenzar a derramar sangre.

— putos ricachones de mierda, los odio, al menos hoy sentirán unas buenas balas en el culo. —rió un chico mientras se dedicaba a limpiar su arma con un trapo viejo cubierto de suciedad.

— min...

— mira, chan, seré claro, sé que somos pacíficos y toda esa mierda, pero admite que al menos te sacaron de quicio un poquito, ¡nos tratan muy mal! —dejó el arma a su costado— trataste de hablar con ellos, pero no les importó, sabes que tenemos que hacer esto.

— sí. —suspiró— obvio que me sacan de quicio, pero matar tampoco me parece bien.  puede que haya otra forma, debe haber alguna razón...

— sí, que están dementes, ¡ellos son los que matan por placer! —rechistó ya molesto y miró el camino tratando que la rabia no lo dominara— sé que eres muy bueno y todo, pero si ellos ya no están básicamente más vidas estarán a salvo, cariño.

seungmin tenía razón, pero al australiano no le gustaba la idea de manchar sus manos con sangre, él no era así, pero no le quedaba otra opción después de todo.

— ¿falta mucho, chan? —se acomodó en el asiento y se acercó más a su casi novio— ¿si o no? —insistió al no oír alguna respuesta, su mayor estaba concentrado o muy metido en sus pensamientos— channie...

— ah... un poquito, ¿por qué? —lo miró con rapidez para dirigir su vista al camino nuevamente.

— quería aprovechar ese tiempo contigo, no quiero pensar que después saldremos lastimados y ya sabes... no quiero decirlo.

— no hace falta que lo digas, estaremos juntos después de todo.

seungmin agradeció tanto que ellos fueran los que iban en la cabina de adelante porque los que iban atrás no los podían observar, eso era algo tan conveniente.

los demás tenían una visión muy distinta de seungmin, alguien inexpresivo, gracioso, pero a la vez sarcástico y un poco grosero en ocasiones, únicamente con chan era todo lo opuesto.

seungmin vivía por chan y chan moría por seungmin.

— tú sabes que puedes hacer lo que quieras, pero con cuidado que estoy manejando, ¿si, bonito?

seungmin asintió y se acercó más al cuerpo del mayor, dejando un beso en su mejilla y dándole mimos en su cabello mientras observaba el bello perfil de su gran amor.

tenía que aprovechar cada instancia junto a él, no sabría si viviría para contarlo.

. . .

— ¿no crees que minho se ha demorado mucho ahí? binnie, me preocupa mucho, deberíamos ir a verlo para ver si está bien.

— está bastante grande para andar necesitando supervisión, cariño.

the purge - hyuninDonde viven las historias. Descúbrelo ahora