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¿y si aquí es donde terminó algo que nunca pudo empezar? un amor que no se dio el tiempo de florecer porque no hubo los momentos o los sentimientos correctos.

por el lado de hyunjin, seguía corriendo desesperado por las calles de la cuidad desierta a una hora tardía, siendo perseguido por incontables balas que disparaban los hombres con capuchas gigantes.

las balas se incrustaban en el suelo y otras rebotan, esas eran las más feroces y las que hacían su corazón congelar del miedo. tiene terror a que una de esas le rebote a él o simplemente le den en una parte del cuerpo imposibilitando su caminar.

no, no encuentra nada, no encuentra el lugar donde puede estar su mejor amigo, está muy asustado de morir y no poder salvarlo a él.

morir a él le da lo mismo, pero que no sobreviva jeongin a esta idiotez que creó el gobierno por la sobrepoblación, dañar los demás en una única tonta noche es horrible.

se negaba a creer que el mundo era demasiado para jeongin y que algo le pudiera pasar por eso.

. . .

yang miraba un punto fijo mientras tenía la mandíbula tensa, sus ojos no tenían expresión alguna, sin importar lo aguados que se encontraban en ese momento.

tenía tanto temor, tantas miles de posibilidades que le pudo haber pasado a su mayor, su todo, su jinnie.

una parte de él se siente vacío., vacío porque no está hyunjin a su lado para decirle que todo va a estar bien, que no debe de preocuparse, que saldrán juntos de esta. también siente ese vacío al pensar que simplemente él dejó el mundo ya, que murió por venir a salvarlo a él, que fue un idiota al creer que podía matar al animal de seojun.

él nunca fue fuerte, pero lo intentó y posiblemente le cueste caro.

su herida sangraba, sí, no iba a hacer nada, tampoco podía salir, afuera lo buscaban. lo que resultó salvarlo, quizá ya no viva sobre esta tierra.

. . .

el trío de chicos caminaba por las calles de la ciudad tranquilamente, aún no se habían topado con nada, tenían suerte.

— bro, realmente me voy a morir. —dijo suspirando el grisáceo mientras que con la otra mano cubría la herida de bala que sangraba todavía— si muero, prométanme que matarán a ese hijo de gran mil puta el que me disparó, tienen que hacer justicia por mí.

— minho, nosotros no lo vimos, no vimos quien disparó. no creas que vamos a andar de persona en persona preguntando quien te disparó, no seas ridículo.

— mmm, está bien. sólo que después no digas con cosas de que extraño a minho, si tan solo siguiera en mi vida. —imitó el la voz de su amigo, changbin— no hermano, no. eso sería muy hipócrita después de no vengarme.

— como soy muy buen amigo, ejemplar, mataré a quien tú quieras, porque en el fondo —pausó— eres mi hermano y me cuesta imaginarme una vida sin ti. —rió al final un poco el pecoso.

— ¿ves? ¿qué te cuesta ser un poquito como tu novio? ven para acá, a ti si te quiero. —estiró sus brazos y rodeó a felix, al separarse miró a su amigo con una risita— hermano, te manché con mi sangre.

— no te pases, honnie, que asco, detesto la sangre. —se comenzó a limpiar donde tenía sucio de una manera muy exagerada.

— un privilegio, —alzó un dedo de su mano apuntando la mancha— un privilegio tener mi sangre en tu ropa, te hace ver más genial.

ambos se sorprendieron al escuchar un disparo proveniente de el arma de changbin, le disparó a la nada, parece que sólo lo hizo para llamar la atención de ambos.

the purge - hyuninDonde viven las historias. Descúbrelo ahora