22.00

436 69 3
                                    

el joven comenzó a caminar con cuidado, se habían desatado las bestias por lo visto y tenía que ser bastante precavido, no quería que su historia quedara inconclusa.

el auto fácilmente dejó varias víctimas a lo largo de la calle, el pavimento tenía largos caminos se sangre escurriendo y tiñiendo todo a su paso de un rojo oscuro.

caminó por unos tantos minutos, no hay rastros de seojun y los bastardos de sus amigos. a ese paso posiblemente morirá antes de siquiera verlos.

— ¡hey! —alguien habló detrás de él alarmándolo, yang sacó su arma con total agilidad y apuntó entre medio de ambos ojos— ¡wow, wow, wow! amigo, ¿podrías bajarla? ¿qué clase de saludo es este? uno muy amistoso no es.

el castaño no bajó la guardia y siguió apuntándole, no se iba a dejar matar tan fácil. no lo conocía, no podía despistar ningún segundo su atención hacia el tercero, eso fácilmente podría costarle su vida.

— no, ¿cómo sé si no me quieren matar? son desconocidos, no los conozco, no sé sus verdaderas intenciones y hoy es día de depuración más encima. ¿quién eres y qué quieres de mí, eh? —cuestionó el castaño.

— ay, dios. —rió y miró a sus amigos— mira, si te hubiésemos querido matar, ya lo estarías, niño. —habló el otro, un acompañante— te ves como una presa muy sencilla de atrapar.

eso molestó a yang, ¿le estaban diciendo débil en su propia cara? no podía ser más cara dura este tipo, lo estaban irritando demasiado.

eso no iba a resultar bien.

— ¿qué es lo que quieren de mí? ¡díganme! no estoy para estúpidos juegos como este, estoy ocupado.

— nada, sólo que te vimos sin compañía y nos pareció buena idea invitarte, —habló el chico de cabellos violetas claros— no sabíamos que eras tan rudo, no pareces. —se encogió de hombros mientras reía, parecía dulce.

— ¿invitarme a dónde?

— a unas cuantas cuadras hay una fiesta de depuración, me preguntaba... ¿quieres ir con nosotros? estás solo, viejo, y una fiesta sin restricciones le va bien a cualquiera. —volvió a hablar sonriente el de pelo colorido, tenía pecas.

yang lo pensó, se cuestionó mucho en tan pocos segundos la idea de ir. no los conoce, pero es mejor que ir solo, de todos modos tiene un arma.

— está bien, puede que estén ahí los malditos.

— ¿bueno? —rió, no entendió la razón por la cual el desconocido había dicho eso, no le tomó peso— primero que nada, mi nombre es felix, —se apuntó el chico de cabellos violetas, luego apuntó a un chico cuyos cabellos eran de manera un poco grisácea, pero un tanto oscuros— él es minho y por último changbin. —giró su cabeza en dirección a él, al muchacho bajo de cabello azabache.

— ya, iré con ustedes, pero eso no significa que confiaré plenamente, por ahora sólo los mantendré en la mira. —guardó el arma en un lugar accesible para poder sacarla— yo soy jeongin.

— amigo, no tengas miedo. —habló minho— nosotros no te mataremos, tal vez lo haga alguien más, pero al menos los de aquí no. —se refirió al trío.

vaya, que considerado.

— que alentador fue eso, ¿por qué salieron? ¿van a depurar acaso? oh, —recordó— verdad que está esa famosa fiesta, pero igualmente pueden depurar.

— no, no nos gusta. encontramos innecesario esta mierda, sólo vamos a la fiesta, a ver unas cuantas chicas. ya sabes, divertirnos. —el bajo dijo de forma divertida.

— no necesitas chicas, dios... —murmuró felix.

— ¿qué? ¿felix? ¿qué mierda dijiste? haré que no escuché. —se burló minho.

pues sí, todos escucharon, pero el grisáceo quería asegurar bien lo que oyó. se tensó muy rápido el ambiente quitándole rápidamente el ánimo a minho.

— nada, sólo no escucharon y no me gastaré la voz para decirles lo que pudieron haber escuchado bien, par de imbéciles.

jeongin se sintió totalmente identificado, creyó que podía preguntarle sin afán de molestarle, sólo tenía la duda si el pecoso era como él también.

de esa forma no se sentiría tan solo, tal vez.

— felix, ¿te podría preguntar algo? —él asintió— ven. —hizo lo que pidió jeong— es mi idea o veo cierto interés en el bajo de pelo negro, lo siento, aún no me aprendí todos sus nombres. —no respondió, se entrometió mucho con alguien que no conocía, la esperanza lo cegó— está bien, no debes confiarle a un extraño tus sentimientos igual, es raro ahora que lo digo, en mi cabeza sonaba mejor.

— no, no es eso, te diré. —suspiró profundamente— se podría decir que sí, pero sólo soy su mejor amigo. ninguno de ellos es gay, sólo yo. ellos no lo saben, capaz me maten por ser lo que soy o quizá estoy equivocado sobre ello, tengo una mala impresión.

el par miraba atentamente la conversación, pero no podían oír mucho de esta, ¿por qué parecían tener una conexión tan rápida jeongin y felix en tan solo minutos?

— desde pequeño siento cosas por él, —prosiguió— lo amo desde que me sonrió por primera vez. él nunca amaría alguien como yo, para ellos los gays son enfermos. de seguro tú me tienes asco ahora y te vas a alejar. —hablaba bajo, claramente no quería que los escucharan los demás.

su tono de voz era tan débil, jeongin pensó que posiblemente nunca él había dicho como se sentía respecto a eso, veía sus manos temblar un poco.

era temor.

temor a ser rechazado por amar distinto, es la costumbre después de todo y no debería ser normalizado tener miedo sólo por querer a alguien.

— ¿me creerás si te digo algo? —felix posó su atención rápidamente en él— me pasa lo mismo, pero es distinto el comportamiento de mi mejor amigo. ahora iré a depurar las personas que se burlaron de mí por ser lo que soy. —el pecoso le hizo una señal que bajara la voz, estaba hablando un tanto fuerte.

— pero, ¿acaso él lo sabe o se lo ocultas? ¿te apoya?

— sí, me apoya. es el mejor, aunque sólo me vea como su amigo o hasta su hermano. lo malo es que hyunjin no sabe que estoy enamorado de él, tampoco me veo en un futuro diciéndoselo. tú debes tener fe en ti, todo va a salir bien, lo vas a enamorar, serán felices, lo sé. —el contrario sonrió pensando un futuro que era incierto— si no es así, busca otra persona para ti, no pierdas el tiempo que estoy seguro que mereces ser amado.

— no puedo tener fe, es imposible. él es hetero, lo sé muy bien y por las malas supe. lo vi teniendo sexo con una chica y eso no fue hace mucho que digamos, unas dos semanas quizá. ese día supe que nunca podría tenerlo junto a mí y que simplemente olvidarlo será lo mejor, así como dices.

— hey, mira... —los interrumpieron.

— ya, dejen de hablar, ni que se gustaran, malditos maricones. —rió changbin, el chico de cabellera violeta bajó su cabeza sin chistar.

— no, ¿podrías dejarnos en paz? estoy tratando de hacer un amigo, no es tu problema. —defendió el castaño revoloteando los ojos.

— bueno, suficiente. —el azabache me miró con desprecio y cólera— no me provoques que eso te puede costar caro o más bien una bala en tu cabeza.

— ¿para qué saliste a depurar sabiendo que él posiblemente se acueste con alguien? —le habló a felix de nuevo con un tono que solamente ambos podrían oír, le daba lo mismo las amenazas en ese momento.

— a la fiesta a olvidarme de cosas que me afecten, quizá bebiendo, no tengo ganas de matar, tampoco tendría el valor, sería mucho para mí, jamás me lo permitiría.

— ¿qué mierda fue lo que te dije? —el bajo le apuntó, con total disposición para dispararle.

the purge - hyuninDonde viven las historias. Descúbrelo ahora