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tres días posteriores al experimento social.

jeongin caminaba rumbo a casa, con su mochila en un solo hombro. en la otra mano estaba siendo ocupada por su celular, iba distraído, típico. hyunjin siempre le decía que mirara por donde iba, le hacía caso, pero usar su celular era algo irresistible para él. mantenía su mirada en el dispositivo, aislaba el mundo de sí mismo. oía música, otra forma de evitar todo, él suele ser así, no cambiará.

odia el mundo, se odia él.

menos a hyunjin, es muy lindo con él y piensa que merece el cielo, la galaxia, el universo, pero también mucho más.

— ¡ah! —chilló, chocó contra alguien— lo siento, iba distraído, fue mi culpa, perdón... —habla rápido y titubeante, no le gusta socializar mucho con gente, sólo con conocidos.

— lo siento, fue mi culpa perdón. —imitó el muchacho, ridiculizado al castaño.

— ¿ah? —levantó su vista, lo observó analizando de quien trataba, vio a alguien que no deseaba ver en lo absoluto.

— ¡miren chicos! ¿no es el marica de la prepa? —rió, esa voz era fastidiosa, pero también pertenecía a el molesto chico de todos los días, seojun.

seojun el bully de su preparatoria estaba ahí con él nuevamente riéndose de él, estaba tan harto de siempre vivir lo mismo.

— no, no me digas así, no me gusta. en serio me molesta demasiado, yo tengo un nombre, no me llamo marica...

— ¿me lo negarás ahora? ja, eres un idiota. todos saben tus "preferencias". —hizo comillas con sus manos.

— si sé, pero... simplemente, no me gusta. no hay que mezclar las cosas, seojun. de verdad que me molesta y me gustaría que pararas de tratarme de esa forma, es repulsiva.

— ¿qué me harás, maricón? ¿golpearme? —chasqueó sus dedos y uno de sus amigos tomó la mochila del castaño— veamos, qué tienes en tu mochila, pásamela suho.

suho no era más que el mejor amigo, también un bravucón, hacía todo lo que su par necesitaba. no lo pensó dos veces, se la lanzó.

— buu. —abucheó— puros libros de como ser más marica, labiales, esmaltes de uñas. nada interesante, puras cosas básicas de alguien de tu nivel, asco. —rió burlesco del menor, quien no tenía ninguna de esas cosas.

también aunque las trajera no había nada de malo. no había nada de malo en él.

— ¡déjame! estoy harto de todas tus burlas. ¿crees que por ser hetero te da el derecho de reírte de mí? me gustan los hombres, me gustan demasiado. ¡me vale una completa mierda lo que me hagas ahora! ¡no te aguantaré ningún insulto más!

en otra circunstancia le hubiera dado vergüenza haber gritado eso en público, no se midió, estaba tan enojado.

— te enseñaré que le hago a las personas como tú... —lo empujó y él cayó al suelo raspando sus rodillas ante el impacto— veamos si esto te molesta, maldito marica. —comenzó a golpearlo, no sólo el, sino con sus amigos.

lo peor de todo es que es un lugar público, pero nadie se detuvo a decir algo, ayudar, nada. ellos simplemente pasaban e incluso comenzaban a grabar, eso es horrible.

ahora el mundo no empatiza, es muy egoísta.

. . .

hyunjin miraba su reloj, angustiado. normalmente su mejor amigo llega temprano, pero hoy se ha excedido unos veinte minutos.

está desesperado, sí. esas son cosas que no negará. ¿será poco o quizá mucho? pero hyunjin lo sobre protege. jeongin nunca tuvo figura paterna, él trata de ser como un hermano porque un padre sería algo raro para ambos.

son sólo veinte minutos más, no es tanto. su cabeza trataba de calmarlo, pero no podía, tenía miedo y un presentimiento malo.

la puerta se abrió, dejando ver a un jeongin con sus finos labios rotos, en sus ojos tenía aparentemente un color que no suele llevar a diario. estaba lleno de basura, suciedad y rasguños.

el menor de ambos golpeó la puerta con fuerza y se deslizó por la puerta bajo hasta el suelo, quedando sentado. sus ojos se sentían tan adoloridos para botar alguna lágrima, dolía su pura existencia.

su cara duele, pero también su orgullo, había sido humillado nuevamente.

— ¡mierda, innie! —corrió a verlo, se agachó para estar en su altura— ¿qué pasó? cuéntame, por favor, quiero saber quien te hace esto, no puedo dejar que siga pasando.

estaba tan asustado, el pequeño nunca le contaba que sucedía y eso no le ayuda en nada, sólo quiere su bienestar ante todo, pero es muy difícil cuando la otra parte no quiere ceder.

agarró la carita del menor con sus manos y pasó sus dedos suavemente por sus mejillas, quería mirar que tanto le hicieron.

— innie, dime, por favor. —suplicó— no sabes lo mucho que duele verte así. —el otro no dijo nada, sólo se dejó querer cuando sintió los brazos del mayor envolver su delgada figura.

hubo mucho silencio por varios minutos, sólo habían cariñitos de por medio, era un consuelo para el castaño.

— hyunjin, pagarán, pagarán por todo esto. te lo juro, nadie me lastimará de nuevo.

the purge - hyuninDonde viven las historias. Descúbrelo ahora