the purge - hyunin

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hyunjin caminaba por las calles, con temor. no  sabía con exactitud con que o quien se toparía. él suele ser valiente, pero ahora no. hay muchas cosas más importantes rondando en su cabeza ahora, un ejemplo de eso es jeongin.

no puede creer que lo engañó de tal manera, le mintió y salió en la noche más peligrosa del año, no sabe si fue por capricho o si el menor tenía deseos homicidas, cosa que duda en demasía.

el rubio se preocupa mucho por él, que pueda estar en peligro ahora mismo. para él, jeongin, es la persona más indefensa de todo el mundo y tiene que protegerla de todo mal.

el castañito era la persona más importante en su vida, la que más ama y valora.

. . .

el castaño pasaba entre la masa de personas encontrando a sus objetivos, es técnicamente imposible con tanta gente.

¿rendirse? rendirse no estaba para nada en sus planes, quería encontrarlos y hacerlos pagar por tanto abuso que recibió.

— hola guapo, ¿andas solito? —le preguntó una rubia de la nada, claramente está ofreciéndose. se le colgó instantáneamente al brazo— si lo estás, yo podría ser tu compañía el día de hoy, amor. —sí, como era de esperarse, lo hizo.

— no, gracias, no me importan sus servicios. —trató de evitarla lo más que pudo, quitó su brazo del suyo y trató de continuar, pero creo que no iba a ser tan fácil.

— ¿qué servicios? yo sólo quiero una noche loca con alguien guapo como tú, que no volveré a ver en mi vida, ¿eso es difícil de entender para ti? —le dio un sorbo a su lata de cerveza.

— realmente no quiero, no me puedes obligar. ve y busca a alguien que si quiera una noche, porque yo no. —se dio la vuelta y caminó, pero paró en seco y la miro— ah, y por favor, consíguete un trabajo digno, no vas a vivir de puta toda la vida. ten cuidado con las ets, amiga.

jeongin no era así, no le hubiera dicho tal cosa para denigrar a la chica, pero no era el momento ni el lugar correcto para él y la supuesta chica.

— ¿perdón? —avanzó hacia él y lo abofeteó— ¿quién es la jodida puta ahora? —bufó y se largó.

sinceramente poco le importó el golpe a jeongin en ese momento, pero debe de admitir que sintió que le quedó marcado, al menos un poco, la rubia traía varias joyas que azotaron su carita suave.

— urgida de mierda. —susurró entre dientes.

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felix avanzaba con rapidez entre la gente, le costaba mucho, las lágrimas en los ojos le nublaban la vista. buscaba a jeongin, era el único que entendería todo y tener su compañía durante la noche no le parecía una mala idea.

no podía verlo, no estaba por ninguna parte. se esfumó y necesita a alguien más que nada en ese momento, nunca se había sentido tan solo como en ese momento.

quiere contarle sus penas a alguien que si lo pueda comprender.

no fue mucho lo que tardaron sus pies en enredarse con algo que lo hizo caer, no sabe exactamente que es, decide levantarse con cuidado y ve algo que lo dejó atónito.

— mierda, un cadaver. —gritó, claro, se había exaltado. comenzó a escuchar el pánico apoderarse del lugar y parecía que todo el mundo lo miraba por estar encima del cuerpo inerte.

— ¡que asco, dios! —gritó un chico rubio, tapándose la nariz, pero no olía a nada, fue una exageración.

era una chica joven, es una pena, más de los dieciséis no pasaba. ella era rubia, teñida, tenía muy poca ropa y la poca que tenía estaba rasgada.

su abdomen estaba con múltiples cortes, era realmente horrible ver un ser humano de esa forma.

su cuello estaba llenos de marcas, más bien, chupones. tenía en ambas muñecas marcas de agarre, como si la hubieran amarrado de ahí, las marcas también estaban en su cuerpo, como si hubiera dado pelea.

lo más probable es que esa chica fue violada y asesinada a sangre fría.

un brazo jaló con rudeza al pecoso a un callejón oscuro. este intenta protestar, pero la mano de alguien en su boca se lo impide. capaz, sea la misma persona que le hizo eso a la chica, no sabe y teme.

. . .

yang no encontró su objetivo, estaba cansado y de nada había servido todo esto. iba a irse de ahí, pero los gritos lo atrajeron, era demasiado el tumulto que se oía. corrió al lugar con alguna esperanza, pero lo único que encontró fue una multitud en un círculo, mirando un cadaver.

— ¿qué ocurre? —pudo ver como la gente murmuraba cosas de la chica.

— era de esperarse, la muy puta con mini faldas andaba —río una pelirroja, que al verla se podría decir que también vestía de la misma forma, tenía la cara de decir tal cosa, que coraje.

igualmente la ropa que vestía, por más corta que fuese, no era ningún tipo de invitación.

— ja, pobre chica, se le ofreció al equivocado, siempre hay que tener cuidado. —rió la amiga de la pelirroja anterior. le dio asco, son realmente muy parecidas a la realidad de la chica fallecida y critican.

¿qué es este mundo?

— ¡bien, por zorra! —gritó un chico esta vez.

ahí explotó, no quería oír más.

él también le dijo puta a un persona hoy, pero luego de reflexionar no pensó la realidad que ella vivía para criticarla de tal manera. aunque si lo fuese no tienen derecho de juzgarla ahora muerta.

jeongin ya reconoció su error y no va a dejar que sigan hablando mierda.

— ¿qué es lo que les pasa a todos, eh? —gritó el castaño— ¿ahora la vienen a criticar? ahora que ella no puede defenderse, ustedes mismos deberían darse cuenta la persona que son para andar hablando de otra. tal vez lo era, ¿y en qué les afecta? ¿cuál es su problema? si la vida era de ella, así que cierren la boca de una buena vez. —todos se mantuvieron callados pero alguien habló.

— así que al fin decidió hablar el maricón. —jeongin sonrió castamente, era algo infalible el no saber a quien pertenecía aquella voz.

él la reconocía en cualquier lado, había encontrado a su objetivo.