Drabbles GraMai (Granola x Mai)

Ocaso

A través de la mirada dura, adusta... pude divisar amor, y me amaste en el atardecer.

De distintas familias, de distintas razas, los habían obligado a unirse. Por razones de Estado, por supuesto. A ambas Coronas les convenía esta unión, y vivían afligidos, porque una quería ser amada, por quien fuera, y el otro no podía amarla, o eso le hacía creer su corazón caprichoso.

Granola no la soportaba, y se lo hacía ver a diario, con sus diversos desprecios. Más que nada, poco le dirigía la palabra, o sencillamente no lo hacía. No la soportaba... Y ni siquiera él entendía el porqué, o se negaba a verlo.

...

Los labios, gruesos, rosados, lo apuntaban a él en medio de aquel infierno. Nunca había hecho tanto calor en Cereal; aquello era inusual sin duda. Granola se mantenía con el ceño fruncido, casi maldiciendo en el suelo de piedra, típico de las casas ceresianas. No podía soportarla... ¿Por qué se le quedaba viendo? No la soportaba... Ella... con esos malditos labios rosas; sudorosa; el sudor escurriéndole por el pecho terso, por los pechos que asomaban un poco. ¡Malditos fueran! Ella... sudorosa; brillante; seduciéndolo sin querer. ¿Por qué...? Ella recargada en la pared, con los labios carnosos, apuntándolo. ¿Era una invitación? Y su corazón saltó; deseoso, entristecido, colérico. Volteó de reojo. No, ella no lo estaba invitando. Solo estaba aguantando el calor, igual que él; rogando por un poco de aire.

Granola volvió a introducir el destornillador en el aparato. Ya lo había intentado tres veces y el maldito aire acondicionado no funcionaba. ¡Se estaba asando!

—¿Aún no puedes? —le preguntó ella desde la pared en la que estaba apoyada.

Por poco rio. Casi le daban ganas de decirle si no era obvio.

—Aún no —le dijo casi de mala gana.

Mai suspiró y arqueó la cabeza. Aquel sufrimiento... el calor y... él. Despreciándola. Tenía ganas de llorar. Los labios le temblaron un poco, pero los calmó pronto; no permitiría que él los viera así. No se merecía eso. ¡Malvado!

El intento era en vano. Granola bufó. Volteó a verla. El sol del ocaso la mantenía naranja. Ella blanca en un vestido blanco cubierta por el atardecer, sudando; bañada en sudor, como él, que se hallaba en el suelo con el torso desnudo, intentando arreglar un maldito trasto. Haciéndose un montón de preguntas; pensando estupideces. Reflexionando sobre... Sobre ella. Mai. Maldita fuera. ¿Por qué...? ¿Por qué ella...? ¿Por qué tenía que ser así?, ¿tan bonita? ¿Por qué? ¡Era una puta maldición! Él quería odiarla. Quería odiarla. ¿Por qué...? ¿Por qué sentía eso en su pecho... cuando la veía? Y se le oprimía. Y tenía ganas de llorar.

El ceresiano se puso de pie, y las miradas, tan diferentes, pero no indiferentes, se encontraron. Él, fuerte, reacio. Ella triste, a punto de llorar, y la lágrima resbaló por la mejilla sudorosa, reluciente, tersa, y los labios temblaron. Había sido tan malo con ella... y el corazón se le molió.

Tenía que decirlo...

—Mai...

Y el corazón se oprimió. La amaba. La amaba. La amaba. Por eso... la despreciaba.

—Mai... —volvió a decirle, desde el fondo de su corazón, y ella no dejaba de llorar ni de sollozar. Era el llanto del corazón.

—Mai... —le dijo arrepentido, y también lloró.
Aquí estoy —le dijo. Siempre estaría presente.

Y Granola se entregó a los sollozos de su amante; al sudor que tanto anhelaba; calmó su llanto con un beso del corazón, caliente. —Te amo...

Y los amantes ardieron, felices en sollozos.

—Te amo...

Nota de autor: ¡Hola 😍! ¡Estoy muy feliz de comenzar esta colección de drabbles GraMai. ¡Ya era hora! XD 💖.

Esta historia me ocasiona mucha nostalgia. Llevo imaginándola casi desde que inició el arco Granola, y no había podido escribirla por culpa de las terribles (¡horribles!) circunstancias de los años anteriores. Pero la vida me sonríe y yo a ella. Escribiré mientras Dios me lo permita ♥️. Espero que les haya gustado el primer trabajo de esta colección, que para mí es un sueño placentero.
Nos vemos pronto 💗.

La canción que lo creó todo: