Mírame...

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Mai volteó a mirarlo.

Ahí estaba otra vez ese hombre del espacio, el tal "Granolah" le parecía que se llamaba.

Últimamente el desconocido se la mantenía en la Corporación, por invitación ya no solo de Vegeta, sino también de la misma señora Bulma.

Y los ojos negros, sin darse cuenta, se le iban en él, en verlo pasar.

¿Por qué era tan encantador? ¿Por qué su rostro precioso y cuerpo perfecto, musculoso, la llamaban? ¿Por qué no podía despegarle la vista?...

Lo miraba pasar una y otra vez, y el ceresiano estaba encantado. Casi siempre pasaba comiendo y platicando al mismo tiempo. La mayoría de las ocasiones con Vegeta, otras con Trunks y Goten...

Sin duda le gustaba la Tierra, por eso se había alargado tanto su estadía.

Disfrutaba con todos, hasta con las pequeñas Bra y Pan. Reía con todos. Con Bulma, con Vegeta, con Goku, con Gohan y el señor Piccolo... ¿Y con ella?... ¿cuándo?

¿Por qué... tenía la necesidad de que le hablara?...

Triste, sin saber por qué, bajó la cabeza y mejor se enfocó en la tableta electrónica para continuar trabajando.

Sumida en su labor, no advirtió que el ceresiano se había adentrado en el taller. Entró desvergonzado, como si estuviera en su casa.

-Qué lugar tan grande -dijo después de sacarse una paletita de caramelo de la boca, contemplando todo el sitio.

Mai se sobresaltó. ¡Era él! En silencio, volteó a verlo, aunque sin girarse por completo. No decía nada, solo lo miraba, sonrojada, alelada.

Granola, luego de volver a saborear su paleta, la miró.

-Oh... lamento si te importuné -dijo sin quitarle la vista, penetrante, fija.

Mai inclinó la cabeza, avergonzada. -No... no pasa nada.

-¿Cómo te llamas? -le preguntó el ceresiano interesado tras avanzar un pasito.

-Soy Mai -contestó sonriente.

-Estoy seguro de que te vi... pero nunca te acercaste. Pensé que te había caído mal.

Mai, ya de frente a él, pegó como un saltito y más se ruborizó. ¡¿Sí la había visto?!

-¡Ah, yo... para nada! -dijo negando también con las manos-. Pasa que... me dio vergüenza. Eso es todo -aseguró mirando al suelo, y enseguida levantó la mirada.

Se miraba hermosa así colorada. Sus ojos negros brillaron más. El ceresiano abrió la boca ante tan grata visión. Por supuesto que la había notado antes, pero era todo un deleite observarla por fin a solas y de cerca.

El extraterrestre sonrió.

Había cierta coquetería y hasta lascivia en su sonrisa... que hizo temblar a las piernas de Mai.

-Me alegra saber que si no te acercaste no fue por eso. Entonces... ¿te gustaría que seamos amigos?... -cuestionó aún sonriente.

Mai entreabrió la boca, y dichosa aceptó: -M-me encantaría.

Era, definitivamente, un sueño hecho realidad para una jovencita como ella... en la edad más mágica, la de las ilusiones.

La adolescente no pudo evitar reír. Bonita, se llevó uno de sus mechones detrás de la oreja derecha.

Granolah rio ligeramente. Ya estaba hecho. Finalmente le había hablado a la persona más llamativa de esa casa.

Haría hasta lo imposible por gustarle.

Drabbles GraMai (Granola x Mai)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora