Había una vez una sirvienta tan pero tan torpe que no había día en que los platos no se le cayeran o en que no derramara la sopa sobre su amo. Para su suerte, su belleza enorme compensaba sus fallas.
Mai era más hermosa que la vida misma; tenía la piel tan blanca que casi parecía irreal, el cabello largo y negro azulado, como el cielo nocturno, los ojos también de este color y los labios rojos como la sangre.
Su patrón la amaba en secreto, era por eso que toleraba cada paso mal dado.
Mai era muy joven. Provenía de la pobreza absoluta. Su amo, Granola, la había sacado de ese mundo y le había dado trabajo en su mansión. Aunque... más que lástima, había sido devoción, pues se había enamorado al instante de la jovencita.
Solo, cuidaba de ella. La joven lo atendía con sumo amor pese a sus tropiezos.
Un día, cargando una interminable pila de platos, estos se le vinieron abajo. Debido al peso, estuvo a punto de caer, pero su amo la sostuvo a tiempo de la cintura, pequeña y delicada. Se miraron a los ojos. Mai, avergonzada, solo le sonrió. Los anhelos de su patrón, intensos, salieron del alma, y la besó. Mai tiró el resto de los platos. Se entregó al beso de su amo, que estaba cargado de amor.
El ceresiano rico y solitario y la sirvienta joven se casaron.
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Nota de autor: ¡Hola 😍! He aquí un relato más de mi OTP principal. El arte de mi amiga Kya siempre me inspira ❤️. Recuerden seguirla en Twitter y en Facebook. Búsquenla en Twitter como @sorakumoz17 y en Facebook como Mai's girlfriend/ La novia de Mai Nos vemos pronto 💗.
