Estaba extremadamente nervioso —y eso era poco en comparación—. Aún no entendía muy bien el concepto de la boda; Bulma le había explicado que era el equivalente de <<la unión>>. Cuando los ceresianos se enamoraban, copulaban no solo por ello ni por placer; era la forma en que se unían; en que reclamaban a la pareja y decían al mundo <<De ahora en adelante viviremos juntos y seremos como uno solo>>.
Aunque la ceremonia lo abrumaba y la idea le resultaba extraña... cuando Mai apareció, vestida como una princesa de blanco, pareciendo un ángel —el ángel más bello de todos—, y portando una plácida sonrisa, el alma, así como destelló, se aplacó. El corazón se le detuvo... y volvió a latir feliz.
Los esperaba una vida fantástica; llena de amor.
La hermosa muchacha fue entregada por Pilaf en presencia de la familia Brief y de todos los buenos amigos que habían hecho en los últimos años, gracias a sus travesuras.
Pan y Bra habían formado un caminito de flores rosadas al paso de la novia; todos las miraban con suma ternura.
Pilaf juntó las manos de los futuros esposos y soltó una lagrimita al instante. Los enamorados compartieron una sonrisa.
—Yo, Granolah, te tomo como esposa para protegerte de hoy en adelante...
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