Monkie Kid ☆cortos☆

Problemas de niños #2

Nota: he visto que en varias historias Macaque, Wukong y los demonios hacen "nidos", así que decidí hacer algo parecido.

Espero lo disfruten.

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Pasada una hora, Wukong había regresado al almacén, quería asegurarse de que los otros cinco estuvieran bien, su sorpresa y preocupación fue evidente al no verlos por ninguna parte.

—¡¿DÓNDE ESTÁN LOS NIÑOS?! —gritó con desesperación.

Sin perdida de tiempo comenzó a buscarlos con ayuda de sus monitos, y así había estado desde hace una hora buscándolos a todos, su desesperación fue tanta, que terminó llamando a Nezha y Macaque para que le ayudarán, a quienes les explico de una manera muy vaga lo que había pasado.

—¿Por qué siempre que ellos o alguien más mente la pata, nosotros tenemos que ayudarlos? —preguntó Nezha, en su voz se podía escuchar el fastidio y preocupación al saber la situación.

—Porque son nuestros niños —respondió Macaque, quien trataba de escuchar algún ruido en especifico que lo pudiera guiar hacia los menores.

—Y todos nosotros los queremos —completó Wukong en la copa de un árbol.

—Había olvidado ese pequeño detalle, pero sí, son nuestros niños —soltó el príncipe con una sonrisa en su rostro.

Los tres inmortales sonrieron por un momento, su sonrisa desapareció al escuchar el chillido de varios monitos, los tres se dirigieron rápidamente a donde les indicaban. Al llegar al lugar, vieron a Lutao colgando de un acantilado, en una de sus manos tenía a MK, quien se aferraba fuertemente al mayor.

—¡¿SE PUEDE SABER COMO LLEGARON AHÍ?! —gritaron los tres con desesperación a la vez que iban a su ayuda.

Una vez estuvieron a salvo, Lutao les contó lo que pasó entre sollozos, MK era consolado por Wukong.

—Creo que se distrajo con algo, yo lo alcance a ver y cuando iba a caer yo me lance y así terminamos.

—Bud, ¿por qué fuiste hacia el acantilado?.

—Yami estaba ahí, la siguieron jalando...quería ayudarla —sus ojos cafés volvieron a cristalizarse.

—Ya, bud, veras que la salvaremos —Wukong lo abrazo protectoramente a la vez que restregaba su mejilla en la contraria.

Las orejas de Macaque se movieron con insistencia, había escuchado los gritos de los cuatro restantes.

—Nezha, ve al noreste, ahí están Red Son y Aurora, yo iré al suroeste, ahí están Mei y Yami.

—¿Y yo?.

—Tú cuida a Lutao y MK, no queremos que nada les pase —sin más, ambos azabaches se fueron de ahí.

—...bueno, ya me tocaba cuidar a mi a los cachorros. Vamonos a mi casa, les prepararé algo de comer y se pueden bañar y relajar, incluso jugar video juegos —los cargo a ambos mientras iba diciendo lo que podían hacer en lo que esperaban a los demás.

Por su parte, Red Son y Aurora se encontraban en una zona de arenas movedizas, el chico tenía en brazos a la menor, quien luchaba para alcanzar unas lianas cercanas.

—Estirate más, ya casi la alcanzas.

—Muy alto... —se estiro mucho más para poder alcanzar la liana, uno de los monos más jóvenes pasaba por ahí, se les quedó viendo— ...hola, monito, ayúdanos, por favor.