Monkie Kid ☆cortos☆

Salida de hermanas

El día estaba realmente hermoso y tranquilo, era el día de descanso de MK, por lo que decidió pasear con Mei por la ciudad. Macaque y Wukong se encontraban en entrenamiento, dando ideas de como podrían combinar sus técnicas de combate para poder entrenar de mejor manera al castaño.

Por lo que en ese momento, Yami y Aurora se encontraban en Pigsy's Noodles, comiendo un par de tazones de fideos recién hechos.

—¿Por qué ellas si pueden comer gratis? —reclamo Tang.

—¿Gratis?, para nada, ellas si pagan su comida —respondió el demonio cerdo.

—Nunca lo he visto.

—Pues no solo lo pagamos con dinero, aveces, cuando MK esta entrenando, yo me encargo de las entregas —respondió Yami.

—Y yo le ayudo a lavar los platos y atender a la clientela de aquí. Así que tampoco es de a gratis el que estemos comiendo.

—Veo que las dos tienen lengua afilada cuando quieren.

—No es afilada, solo decimos la verdad —respondieron al mismo tiempo.

—¿Saben?, deberían dar un paseo por la ciudad y no sólo estar aquí todo el día trabajando —sugirió el chef.

—¿Un día libre? —volvieron a responder al mismo tiempo, se voltearon a ver rápidamente, luego dirigieron su mirada a Pigsy—. ¿Eso se puede?.

—Generalmente no, pero como ustedes hacen el trabajo de MK, creo que es bueno no ser tan duras con ustedes.

—Pero, no conocemos tanto la ciudad.

—Razón de sobra para que tengan una salida de hermanas. Vayan y diviértanse, sean unas adolescentes normales por un día, vivan lo que los adolescentes viven, sean solo eso, aunque sea por un día.

—Pigsy tiene razón, deben vivir la vida, no solo enfocarse en sus deberes —apoyo Tang mientras comía un tazón de fideos, Pigsy sólo soltó un sonido de fastidio por la agilidad de su amigo.

Ambas hermanas lo pensaron por unos momentos, para finalmente aceptar aquella idea.

—Entonces esta decidido, ustedes dos se divertirán por el resto del día —habló Pigsy con una sonrisa en su rostro.

—No hablen con extraños —le siguió Tang.

—No coman cosas de dudosa procedencia.

—No se metan en lugares oscuros o algo por el estilo.

Así siguieron por unos minutos más, dándoles advertencias de lo que no tenían que hacer, para que por fin las dejaran ir.

—Por último, ¿llevan suficiente dinero?. Les puedo dar algo si necesitan.

—Estamos bien, en serio. No necesitan preocuparse tanto, ¿recuerdan que tenemos más años que ustedes?.

—Claro, pero no podemos evitarlo, aunque tengan muchos años más, siguen siendo adolescente, ¿no?.

—Bueno, sí, pero...

—No se diga más, les doy algo de dinero —Pigsy deposito el dinero en las manos de la mayor, sin darle tiempo a siquiera negarse—. Ya si no lo usan lo devuelven, las quiero aquí antes de las diez de la noche.

—Once, ni más, ni menos. Así pueden disfrutar la vida nocturna también.

—Muy bien, entonces...nos vemos en la noche —ambas se despidieron, ambos varones les devolvieron el gesto.

Cuando pensaron que estuvieron lo sufientemente lejos, ambas se soltaron a reír.

—Ni nuestros padres se preocupan tanto por nosotras —habló entre risas la menor.