Monkie Kid ☆cortos☆

Usted...es un asesino

Nota: creo que estos últimos capítulos han sido dramáticos, y sí, este también está lleno de drama.

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Cuando Wukong volvio a casa, esperaba alguna fiesta por su regreso, pero no fue así, algunos monos simplemente lo felicitaron por su regreso para volver a sus actividades, desde ese momento las cosas en Flower Fruit Mountain nunca volvieron a ser lo mismo, aquellos monos que habían comido del durazno de la inmortalidad conocían muy bien la historia y, como prometieron, la historia del guerrero no quedó en el olvido, las nuevas generaciones admiraban al guerrero y otras más al héroe, pero todos compartían un sentimiento en común, la decepción y tristeza por la muerte de uno de ellos. La cual aumento al escuchar las declaraciones de su rey.

—¿Cómo puede decir eso?. El señor Macaque siempre lo espero, entreno duro para que se sintiera orgulloso de él, cuido esta montaña por más de quinientos años, nos cuido a nosotros. ¿Cómo es que no siente remordimiento por lo que usted hizo? —estaba realmente enojado y desesperado, su hermano lo tomaba del brazo para que no hiciera algo imprudente.

—Son cosas que no entenderías —respondió Wukong, seguía dolido por la muerte de Macaque a sus manos, pero el Gran Sabio Igual al Cielo nunca admite sus errores.

—¿Por qué no entendería?. Todos nosotros tenemos la sufiente capacidad para entender, algunos, incluyendo a mi hermano y a mí, sabemos sobre armas y, aún así, ¿usted se atreve a decir que "no lo entenderíamos"?. ¿Se da cuenta de lo ilógico que es eso?.

—...son cosas de demonios mono que no comprendes.

—Ahora resulta que es porque son demonios. ¿No lo entiende?. La nula comunicación causó todo esto.

—Para... —pidió el mono de piedra.

—El orgullo y enojo desenfrenado que tiene...

—Dije que pares... —gruño en advertencia.

—Hizo que matará al único hermano jurado que en verdad lo quería tal cual era.

—¡CÁLLATE! —gritó con enojo, mostrando los colmillos a aquellos pequeños monos quienes, a pesar del miedo, no retrocedieron ante aquello.

—Usted...es un asesino. Y los asesino merecen la soledad, el desprecio y odio de los demás. No merece que nos preocupemos por usted, siempre que alguien lo hace, termina lastimado o peor.

—Hermano... —susurro el mono que detenía al primero.

El mono de piedra abrió los ojos con sorpresa, sin decir algo más, le dio la espalda a aquellos monos que habían sido muy unidos a Macaque, aunque solo uno de ellos se atrevió a enfrentarlo. Al alejarse el dios, el pobre mono sucumbió ante el miedo, nunca pensó que le hablaría de aquella manera a aquel que era su rey.

—¿Te sientes mejor?.

—...sí, ya puedes soltarme.

Los demás monos se acercaron a ellos.

—Estan locos, nunca creí que le hablaran a su majestad así —habló uno de los monos más jóvenes.

—Yo los admiro por eso. Ellos son de los pocos monos que comieron esos famosos duraznos de la inmortalidad, por lo tanto, conocen la historia y tienen todo el derecho del mundo a sentirse de esta forma —respondió una mona de su edad.

—Los más viejos actúan como si ese asunto no les importara. Mi hermano y yo tenemos todo el derecho a sentirnos así —respondió el mono más tranquilo de los dos que enfrentaron a Wukong.