Monkie Kid ☆cortos☆

Me...abandonaste

Nota: este corto esta "relacionado" con el capítulo "cuando todo terminó".

Nota 2: me gustaría que sugirieran alguna trama para los cortos, así sería más "didáctico", ¿no?.

Espero lo disfruten.

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La batalla que habían planeado los hermanos jurados contra el cielo tuvo que ocurrir antes del día acordado, la razón, los cielos habían sido los primeros en atacarlos y decidieron secuestrar al más joven de todos, Wukong fue el primero en actuar, los otros cuatro tardaron un poco más en llegar a los cielos, la guerra comenzó, el resultado final, la derrota de todos los hermanos jurados, Wukong terminó siendo encerrado por Buda bajo la montaña de los cinco elementos; Azure, Peng y Yellowtusk escaparon gracias a los portales de sombra del menor de todos, ellos tres se fueron a un lugar que solo la hermandad conocía, Demon Bull se había enamorado de una guerrera celestial y ella de él, ambos se escaparon juntos y se casaron, por último, Macaque, él había escapado junto a sus tres hermanos mayores, quienes le dieron la espalda por "ser un cobarde".

Cuando Macaque pudo entrar al lugar de encierro de su querido hermano, no perdió tiempo y le consiguió un durazno, sabia que eso le agradaría aunque sea un poco.

—Hola, hermano —habló emocionado, Wukong tenía la mirada baja—. Te traje un durazno —le extendió aquel fruto.

—¿Qué?, ¿para mí?. No puede ser, ¿un durazno solo para mí? —habló con notorio sarcasmo en su voz y actuar—. No debiste molestarte.

Macaque bajo las orejas, sabía que su hermano era sarcástico, pero ese sarcasmo no era el que solía usar. El de pelaje oscuro se sentó mientras se recargaba en aquella roca que aprisionaba al de pelaje dorado.

—Muy bien, entiendo, no tienes que actuar así.

—No, no. En serio, esto es exactamente lo que necesitaba. Atrapado bajo una montaña, pero Six Eared Macaque me trajo un durazno. ¡Genial! —su sacamos siguió presente, aunque ahora tenía un tono de molestia.

—Sabes que te ayudaría sí pudiera... —se sentía mal por la forma de actuar de su hermano, la única persona que lo ayudaba con sus problemas de autoestima lo estaba tratando realmente mal.

Eso lo lastimaba enormemente.

—Claro, como normalmente tú corres a mi rescate —el sarcasmo fue mucho más marcado en aquella palabra "corres".

Macaque abrió los ojos con sorpresa, entendiendo que le había llamado cobarde. Eso en verdad le dolió, pues él mismo le había dicho que era mejor escapara si las cosas se ponían muy peligrosas, incluso salvo a sus otros hermanos, solo faltó él. La única persona en la que había confiado y seguido ciegamente, le reclamaba por haberse retirado, tal y como le había dicho que hiciera.

—Bien...como sea —se levanto de donde estaba, comenzó a alejarse sin mirar atrás, Wukong siguió hablando.

—Fue un placer verte, bud. Ahora, huye como siempre lo haces.

El de pelaje oscuro volteo rápidamente por aquello, su tristeza se convirtió en enojo.

—¡No!, ¡ese eres tú!. Tú eres el que siempre se va para buscar más poder o fuentes de inmortalidad. Fuiste tú el que abandono todo lo que teníamos. ¡Ese es el Gran Sabio, que arrastra a todos a sus problemas!.

—¡Tú no estás en este problema!. ¡Tú eres libre!. ¡TODO LO HICE POR LOS DOS!.

—¡LO HICISTE POR TI MISMO!. ¡TE CONVERTISTE EN...ESTE DEMONIO OBSESIVO!. Te dije que ir por el Emperador era mala idea, pero no, Wukong nunca escucha a nadie, él hace todo lo que quiere. Tú te metiste en esto, yo no —había aplastado el durazno que había llevado, aventandolo contra el suelo, nuevamente, le dio la espalda, haciendo uso de sus portales desapareciendo del lugar.