CAPÍTULO XIII

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====== Lily

Después de andar un rato, decido abrir los ojos. Observo el paisaje, es hermoso; hay muchos árboles a cada lado de la carretera y una hermosa luna nueva frente a nosotros. Continúo abrazada a Henckry, y siento cómo el miedo de hace un momento va desapareciendo. Me siento cómoda y segura con él cerca.

Después de unos minutos llegamos a un lago, él detuvo la moto y descendió de la misma, yo también lo hice. Él aprovechó para sacar los pasapalos que habíamos tomado, y unas botellas de, según yo, limonada.

Caminamos por la orilla del lago, recogimos algunas piedritas y las lanzamos al agua para probar cuál llegaba más lejos rebotando. Al llegar al muelle nos sentamos en la banqueta de madera. Él abrió las botellas y yo los envases con los pasapalos. Comemos. En cuanto pruebo la bebida comienzo a toser.

— Con calma, no te ahogues — dice él riendo.

— ¡Aaaiiinnsss! No es eso — me quejo — ¡Uay! — me aclaro la garganta y le explico — pensaba era limonada, pero el licor es muy fuerte y me ahogó.

— Que delicada. Eso es Vodka con sabor a limón.

— Pero ¿el vodka no es dulce?

— Emm… Sí… creo.

— Éste es muy amargo y muy fuerte.

— Que exagerada eres.

Le da un trago a su botella y también comienza a toser. Ambos comenzamos a reír.

— Te lo dije — le digo señalándole y continúo riendo.

— Bueno, está bien. No sé qué rayos es esto. Sólo sé que contiene limón y que estaba en la nevera de Jack.

— ¡Le robaste las botellas a Jack! — Le digo sonando lo más dramática posible.

— No se lo robé. — él se encoge de hombros — él la compra con el dinero que le pago, así que, no es robo.

— ¡Ay no! En lo que Jack se dé cuenta…

— No me va a decir nada. Él sabe que luego le daré para que compre más. — dice de forma inocente.

— ¿Sabes?

— ¿Qué?

— A veces la amistad, apesta — le digo recordando algunas travesuras con Greis. Sonrío.

— Es cierto. A veces da asco — se ríe.

Seguimos comiendo. A medida que le daba sorbos a la bebida, la fuí sintiendo más suave. Continuamos en silencio hasta que Henckry habla:

— Lily ¿Ves que viajar en moto no es tan malo?

— Sí. Tenías razón. Lo que ocurre es que yo soy muy miedosa, lo admito.

Él hace una sonrisa de lado.

— Eres una miedosa muy valiente — dice con tono dulce.

— Sólo, a veces. — le digo encogiéndome de hombros.

— Pues, me encantan esos "a veces" tuyos — me pellizca la punta de la nariz y se toma un trago de su botella.

Terminamos los pasapalos y nos quedamos solo con la bebida. Henckry se acerca más a mí, yo aprovecho su cercanía y apoyo mi cabeza en su hombro. Él me rodea con su brazo y apoya la barbilla en mi cabeza. Nos quedamos en silencio contemplando la luna, escuchando el sonido del viento en los árboles y el canto de las aves nocturnas.

Sentirlo así de cerca, me hace sentir segura, cómoda, como si él fuera mi refugio contra el mundo.

El silencio era cómodo, nuestras respiraciones en compás, era demasiado relajante y reconfortante. Mis ojos comenzaban a cerrarse, cuando él rompió el silencio.

CADENAS INQUEBRANTABLESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora