Capítulo XX

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========= Henckry

Después de una larga conversación decidimos volver al estudio. Al llegar a la sala encuentro la algarabía de la llegada de alguien. Me doy la vuelta para retirarme del sitio cuando escucho una voz que me hace hervir la sangre.

Sevrigham. Cuanto tiempo sin verte. — el tono engreído que usa, es inconfundible.

— Esperaba que fuese más tiempo, Joran. — respondo restándole importancia.

— ¿No piensas venir a darle un abrazo a tu padre?

Ignoro su pregunta y continúo hacia el jardín en busca de Keana.

La encuentro allí jugando con el teléfono, me mira y devuelve su mirada al aparato.

Ratoncita. — le digo en tono suave.

Ella se gira en la silla, dándome la espalda.--

¿Y ahora que hice?

— Anik, ¿Que te ocurre? — le digo poniéndome a su altura y la abrazo.

— ¿Pensé que no me querías cerca? — dice sin despegar la mirada de la pantalla.

— Oye. Yo nunca he dicho eso. Solo entraste a mi habitación en un muy mal momento. — le explico.

— Y ¿Por qué no hablas conmigo? — su voz se quiebra, por lo que la abrazo un poco más fuerte.

— Mi pequeña. Hay cosas en la vida de los adultos que ustedes, los niños, no deben mezclarse, porque saldrían perjudicados. Y éste es un caso de esos. No quiero lastimarte y mi molestia no es contigo.

— Entonces, ¿Con quién estás molesto?

— Conmigo. — le respondo y ella se voltea para verme de frente. Noto unas lágrimas formadas en sus bellos ojos grises.

— No deberías pelear tanto contigo. Yo te quiero mucho, pero me duele verte así, y más cuando me alejas.

La abrazo de nuevo, y ella corresponde el abrazo y comienza a llorar en mi hombro.

— Lo siento pequeña, no era esa mi intención.

Continuamos abrazados hasta que ella se calma. Limpio su cara con mi pañuelo. Y me siento a su lado.

— ¿ Me perdonas? — le digo.

— Claro que sí, ratoncito. — me dice y sonríe.

Le tomo la mano y ella se levanta de la silla para sentarse en mis piernas y apoyarse en mi pecho. La rodeo con mis brazos, mientras apoyo mi mentón en su cabeza.

— Anik, padre llegó.

— No quiero verlo, Gerall. ¿Ya hablaste con él?

— Si se le puede llamar hablar…

— No me gusta cuando viene. Siempre causa problemas… te causa problemas.

— Tranquila… tú no tienes que preocuparte por eso.

— ¿Donde está Lily?

— La dejé en la otra casa. ¿Quieres ir con ella?

— ¿Puedo? — me dice con cierta sorpresa, incorporándose para verme a la cara.

— Claro pequeña. ¿Vamos?

— ¡Sí!

Nos ponemos en pie y vamos a buscar el cuatrimoto, para ir a ver a Lily.



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=====.  Lily

Me levanto de la cama y me dirijo al baño. Logro tranquilizarme y aprovecho de peinar mi cabello. Decido salir a dar una vuelta por lo que me cambio los zapatos por unos tenis y el pantalón por un jean.

CADENAS INQUEBRANTABLESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora