CADENAS INQUEBRANTABLES

CAPÍTULO X

==== Lily

Continúo con mis ojos cerrados. El movimiento de mi cabello con el viento me relaja, el frío no lo siento tan fuerte, pero mis dedos y orejas están fríos. Sigo disfrutando del viento, cuando escucho una voz que reconozco, perfectamente, bien y me hizo sentir un escalofrío en la espalda.

— ¿Lilyan?

— Henckry... — tomé aire cuando escuché su voz pronunciar mi nombre.

Abro los ojos y me giro para mirarlo; trato de sonreírle, pero tengo un nudo en la garganta.

— ¿Qué... ¿Qué haces aquí? — su voz es neutra.

— Contemplando la luna — le respondo mientras miro al cielo. Quiero correr de él, y al mismo tiempo hacía él. Me contengo de empezar a llorar.

— Mientes… — me dice de forma firme — Nadie observa la luna con los ojos cerrados... ¿Qué haces aquí?

— Vine... Porque me dijeron que hoy es tú cumpleaños... — me giro de frente a él.

Él está al pie de los escalones, inmóvil. Se ve sombrío, pero muy sexy con ese traje, el color de la corbata me recuerda aquellos ojos que vi en una oportunidad en él. Está vez no puedo apreciar el tono de sus ojos, pero su voz no se escucha demandante.

— ¿Sólo por eso?... No tenías que venir. 

— Sé que me pediste que me alejara... — mis lágrimas ya amenazan con salir, sus palabras son muy frías y duelen — pero... No sé por cual razón me buscaste... Sólo pensé que…

— ¿Que ahora te tocaba a tí buscarme?... Creo que te equivocaste.

Él se gira, por lo que queda de perfil. Su actitud y sus palabras, me pegan en mi pecho como pequeñas púas que se clavan y hieren.

— ¿Por qué me buscaste entonces?... ¿A qué quieres jugar?... Ese día que me salvaste de aquél estúpido, pensé que sentías algo por mí... — noto que al decir eso cerró sus ojos y su respiración se entrecortó — ... Pero me doy cuenta que no. Solo quieres jugar conmigo, ¿A qué?...

Me pareció que dijo algo, pero no logré escuchar, así que continuo.

— Definitivamente era una mala idea venir aquí... Sabía que no debía aceptar — mis lágrimas corren — pero está bien, me queda más que claro, no debí venir. Tú no me quieres cerca de tí, fue una mala idea conocernos…

Voy a bajar los escalones para irme, no quiero llorar en frente de él. Al bajar el penúltimo escalón mi tobillo se dobla, por lo que pierdo el equilibrio y me voy a caer. Justo antes de caer, Henckry, me sostiene y me abraza fuerte contra su pecho. Mis pies están firmes de nuevo pero él no me suelta.

— Henckry… — pronuncio mientras intento soltarme.

— No, Lily... — me abraza más fuerte y me habla al oído — no dejaré que te vayas... No de nuevo… Siempre me llevas la contraria en todo ¿Por qué no lo hiciste aquella vez?

— Hen... — no pude formular las palabras.

Continuamos abrazados y no quiero soltarlo. Él está temblando; sé qué está siendo sincero, aunque--

 ¿Cuanto te costó reconocerlo?

— No te vuelvas a alejar... No me vuelvas a hacer eso, por favor... Me sentí morir Lily. No quiero, me niego a éstar sin ti… — sus palabras, son una confesión.

— Gerald…

Con la mano que tengo libre acaricio su cabello y luego tomo su mejilla. Él continua con los ojos cerrados; sus palabras han llegado directo a mi corazón, haciendo que se sienta arrugadito de sentimientos. No sé, si es por el licor o por impulso, pero me dejo llevar y poso mis labios sobre los de él, plantando un beso. Siento como se tensa en forma de sorpresa, pero no se aleja.

Aunque fue sólo un instante, siento que pasamos mucho tiempo así. Me alejo poco a poco y luego abro mis ojos, él hace lo mismo. Nos miramos sin decir nada, yo deleitándome en el zafiro de sus ojos y él rozando mi mandíbula con su dedo pulgar. Luego de unos segundos me besa, y lo siento tan intenso cómo aquella vez en su habitación, sólo que está vez los dos estamos conscientes, o al menos eso creo.

En una danza muda nos decimos todo lo que, con palabras no podemos; comprobado lo que dijo Neruda: “en un beso sabrás, todo lo que he callado”.

Aunque estamos perdidos uno en el otro, presiento que alguien a lo lejos nos observa, y siento miedo, pero en éste momento no me importa.