CADENAS INQUEBRANTABLES

CAPITULO XVI

======= Lily

Una ola de calor me hace despertar, pero mis ojos se sienten pesados, quiero seguir durmiendo. Intento moverme, pero siento algo rodearme por el abdomen y limita mi movilidad. Levanto la sábana para revisar qué es... --

¡Oh Dios mío!

Dejo caer la sábana para cubrir mi boca y evitar que salga el grito.

Me muevo con cuidado e intento separarme del brazo que me rodea. La otra persona se queja y se gira, por lo que, quedo libre y puedo sentarme en la cama.

El corazón amenaza con salirse de mi pecho, y tengo un nudo en la boca del estómago. Con una mezcla de pánico y ansiedad, giro para observar quién es el intruso en mi cama.--

¡Santa virgen de las taquicardias! Me va a dar un infarto.

¿Qué rayos está pasando?

Veo un ángel rubio, profundamente dormido, con sus tentadores labios ligeramente separados, su respiración es lenta y su cabello está alborotado, haciendo que, hasta dormido sea exageradamente sexy.

La sábana dejó al descubierto parte de su torso, por lo que, me quedo embobada deleitándome con la definición tan perfecta de su musculatura. Deltoides bien marcados, en armonía con bíceps y tríceps. Los pectorales firmes notándose bajo la camiseta. Mi vista sigue descendiendo por su cuerpo hasta que, el frunce el entrecejo y cierra la boca en una línea, mientras gira la cabeza. Siento un escalofrío recorrer mi espalda y es que reacciono.--

¿Que hace él en mi cama?
¿Cómo llegamos hasta aquí?
¿La fiesta fue un sueño? O ¿El sueño fue la competencia?...

¡¿Que ocurrió?!

Son algunas de las preguntas que surgen en mi cabeza. Intento recordar, pero solo me llega la imagen de lo bien que la estábamos pasando en el concurso de baile. No logro recordar nada más.

Miro el alrededor en busca de algo que me dé respuesta y noto que ésta, no es mi habitación; bueno, la habitación que tenía asignada. Me pongo en pie y vuelvo a cubrirme la boca al notar que tampoco tengo puesta mi ropa. Sólo tengo encima un jersey negro que me cubre hasta los glúteos y mi panty...--

¡Dios mío no! O ¿Sí?... No, no, no…
¿Será que él y yo…
No, no, no…
¿Dónde rayos estoy y qué ocurrió?

La desesperación empieza a hacer casa en mi, cuando  veo que el comienza a despertar. Busco hacia donde correr y en eso oigo su voz un poco áspera.

— ¿Lily?

Me quedé congelada. Lo veo sentarse en la cama mientras se lleva una mano al rostro y posteriormente a su cabello. Me vuelve a hablar.

— ¿Que haces en mi habitación? — me pregunta ladeando su cabeza y su mirada recorriendome.

Sin saber que más hacer tomo la almohada para cubrirme y me siento en la cama para cubrir mis piernas con la sábana.

— ¿Ésta es tu habitación? — son las únicas palabras que logran salir de mi boca.

Frunce el ceño, mira el alrededor y luego me mira.

— Sí, es mi habitación. ¿Qué haces aquí? Y ¿Por qué tienes mi jersey? Aunque bueno, te luce muy bien… creo que mataría por tener una vista así al despertar cada mañana.

Dice apoyando su mejilla en la palma de su mano. Yo siento que mis mejillas arden por su comentario y creo haberme puesto roja, por la sonrisa maliciosa dibujada en sus labios. Se vuelve a estrujar el rostro y vuelve a hablar.