CAPÍTULO XVIII

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===== Henckry.

Es realmente una sorpresa encontrarme a Lily en mi habitación. Verla con mi jersey me hace sentir algo que, no sé explicar; pero que me agrada, me parece lo más sensual y sexy.

Noto su preocupación y el miedo en su rostro, por lo que intento mantenerme tranquilo aún, cuando tengo la misma pregunta que ella: ¿Qué ocurrió anoche? ¿Como es que llegamos y terminamos aquí?

Después de intentar recordar, sin éxito, analizo la situación y hay algo que en cierto modo me da seguridad de que no tuvimos relaciones. Me juego con ella para relajarnos un poco, pero cada vez la noto un poco más tensa y, no sé, si es por esa complicidad que desarrollamos durante el baile que siento como una fuerza que me hace querer estar con ella.

Salgo de la habitación para que ella pueda descansar y me dirijo al estudio. Me quedo sentado en el sillón, contemplando la nada y me comienzo a dormir. En mi mente comienzan a aparecer imágenes borrosas, tipo sketch, de todo lo ocurrido en la noche; desde las palabras con Mariana, el reencuentro con Lily, el baile con la abuela, nuestra charla en el lago, la pista de baile; pero hay algo que capta mi atención. Hay alguien con un velo largo y blanco, de espalda hacia mí. Escucho voces que gritan “kiss” . Justo cuando el alguien se va a girar, escucho la voz de Jack al entrar al estudio haciéndome volver en mi. Trato de recordar que es todo aquello, pero no se me ocurre nada.

— ¿Henckry? — La voz de Jack suena cautelosa.

Yo me limito a alzar mi mirada en su dirección.

— Uy. Veo que días para ti, porque buenos… los sermones que te esperan

— ¿De qué hablas? — le respondo con verdadera curiosidad.

— Espero que tus tíos abuelos aún no hayan leído el periódico. Mira — me entrega el periódico y se tumba en el mueble.

Reviso el periódico, los titulares, hasta que llego a una fotografía en una de las esquinas…

— ¡Scheisse! — miro a Jack quién me mira sin decir nada.

Vuelvo mi vista a la foto y busco la noticia en el interior del periódico. Me quedo en una pieza al leer todas las especulaciones que hacen, y la forma como distribuyeron las fotos, dándole más intriga a la noticia.

— Jack. — Le digo en tono serio por lo que Jack se pone de pie.

— Señor.

— Comunícate de inmediato con el dueño del periódico, y haz que despidan al cretino que hizo la foto y a quien escribió el artículo, no sin que antes haya limpiando éste desastre. Sino cede, cierra el periódico.

— Como ordene señor.

Jack se dispone a salir del despacho cuando entra Rousse y toda la legión del mal con ella.

Jack, buen día. Por favor acompáñanos. — Dice mi abuela con tono mandón.

Jack me mira esperando instrucciones. Le indico que se quede. Por lo que camina y se queda de pie a mi lado.

— Buen día Henckry. — me saluda mi abuela.

— Hola Rousse. Y buenos días a todos.

— ¡Ja! Que buenos días. — Refunfuña el mayor de mis tíos.

Lo miro esperando una explicación a su comentario, pero él desvía la mirada y la posa sobre Rousse.

— ¿A qué se debe éste asalto a mi despacho? — digo paseando mi vista por cada uno de mis tíos-abuelos, y me detengo en Rousse.

CADENAS INQUEBRANTABLESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora