28. Recycling.

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Hi~ ¿Me extrañaron por estos lares? Porque estuve malita del ojo estos últimos días, no sean como yo que cree que las cosas sanaran por arte de magia y luego cuando va al medico están peor, pero hoy ya estoy sanita y salva, así que volvemos por estos lares. Confieso que siento que el capítulo quedo feo, pero fue mi impresión mientras escribia, mientras editaba no lo sentí tan así, por ende, lo dejo más a su jucio. Pero ya nos quedan cuatro capítulos practicamente y se nos fue.

Gracias por tanto <3

—Todavía no entiendo por qué estamos haciendo esto, viejo

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—Todavía no entiendo por qué estamos haciendo esto, viejo. —Las manos de Max se congelan sobre el cúmulo de artículos que ha desempacado hasta convertirse en puños, debería estar acostumbrado a que Ash sea un irrespetuoso—. Momia, dinosaurio, fósil. Oye, vejete.

Pero no.

Nunca se terminará de acostumbrar ¿viejo? Con suerte tiene 35, ni siquiera va en la mitad de su vida.

—Anciano. —Pero aquí está su mocoso canturreando apodos crueles mientras balancea las converse (repletas de mugre, por cierto) en la mesa del salón, imposibilitándole el concentrarse—. ¿Acaso me estás ignorando o realmente te quedaste sordo de tanta vejez acumulada?

—¿Cómo eso tiene sentido? —La indignación le gana para que baje las manos hacia los papeles, alza la mirada con la esperanza de poderlo regañar, sin embargo, la imagen de Ash le recuerda demasiado al gato del país de las maravillas, bastardo—. Solo soy un par de años más viejo que Griff.

—Vaya, estás delirando, tendré que matricularte antes de lo previsto en el asilo.

—¡Ya!

—No te alteres, es malo para tu corazón. —¿Acaso hay manera de ganarle? Max aprieta la mandíbula con la esperanza de poder seguir con su trabajo, no obstante...

—¿Podrías dejar de patearme por debajo de la mesa?

—¿Ah? —No se detiene, sino que lo intensifica—. Perdón, no me había dado cuenta.

—¡Te estás comportando como un mocoso!

—Pero un mocoso casado. —Tararea sacándole en cara el anillo dorado—. Te gané hasta en eso, eres todo un caracol después de todo, tu hijo te ganó.

«Hijo».

¿Cómo podría enojarse en serio si lo llama así?

¡Déjame en paz, viejo! ¡Si me sigues persiguiendo, te mataré!

Después de todo lo que había hecho por Ash en prisión, tratando de mantenerlo a salvo de los demás reos incluso si eso implicaba sacrificar un cuerpo tan delicado como el suyo fue el colmo, al principio realmente no podía empatizar con un crío tan problemático ¿qué le dijo su abogado? "¿Por qué estás siendo tan duro con él? Es solo un niño que fue inculpado por un crimen que no cometió"  Poco a poco se encontró a sí mismo aún más involucrado en su vida, Max podría haberse desligado, tenía el diario con las investigaciones de Stephen Thompson y ayudó a que lo soltaran, no tenía más deuda, la culpa que sentía hacia Griff podría haber quedado zanjada ahí. Pero no. Max no pudo simplemente dejarlo.

Vida doméstica.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora