22. On the local news.

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Hi~ Medio tardecito por estos lares pero llegamos de todas formas, siento que si bien, el capítulo de hoy es muy para asentar todo lo que está pasando y de un punto de vista menos encima por así decirlo, al mismo tiempo sirve para ver los avances de Ash de manera más concreto y de ellos en general, no son tan gigantes como a lo mejor deseariamos, son bien realistas en el sentido de que son pasitos pero aún así, pucha que hacen la diferencia.

Mil gracias por tanto~

Mil gracias por tanto~

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«Ash.

Estoy muy preocupado porque no he podido verte estando bien.

Dijiste que vivimos en mundos diferentes. Pero, ¿es eso cierto? Tenemos piel y ojos de diferente color. Nacimos en países diferentes, pero somos amigos, ¿no es eso lo que cuenta? Estoy muy contento de haber venido a Estados Unidos, he conocido a mucha gente y lo más importante, te he conocido a ti.

Me preguntaste una y otra vez si te tenía miedo. Pero nunca te tuve miedo, ni una vez. En realidad, siempre creí que estabas herido, mucho más que yo. No podía evitar sentirme así. Gracioso ¿no? Tú eres mucho más inteligente, grande y fuerte que yo, pero siempre sentí que tenía que protegerte. Me pregunto de qué quería protegerte. Creo que quería protegerte de tu futuro, porque tu destino te estaba arrastrando, como una inundación.

Una vez me hablaste de un leopardo sobre el que leíste en un libro. Cómo creías que ese leopardo sabía que no podía regresar. Y yo te dije que no eras un leopardo, que tú podías cambiar tu destino.

No estás solo, Ash.

Estoy a tu lado.

Mi alma siempre estará contigo».

—Lo siento.

Ash musita para sí mismo como si decirlo fuera lo suficiente para alejar esos pensamientos intrusivos que hierven en su cabeza, se lo repite una y otra vez y se aferra a la carta desesperado ya que aceptar que se esforzó tanto en proteger a Eiji de los peligros externos pero no lo logró proteger de ellos es destructivo. Se culpa. Claro que se culpa. Porque Eiji siempre está ahí para él incluso cuando no tenía que estarlo, desde que le pidió la pistola en el bar y la contempló maravillado con esos ojitos repletos de bondad, tocándola con una suavidad que lo dejó más boquiabierto que confundido ¿para qué se molestaba en ofrecerle semejante adoración a un arma? No obstante, una parte de sí mismo (ínfima y muda) se preguntó cómo sería ser sostenido así por esas palmas y a su vez, si lo repudiaría al matar a sangre fría o lo acunaría como lo hizo con su pistola.

Pronto se dio cuenta de que él no solo lo acunó sino que lo amó, antes del matrimonio le daba terror pronunciar esa palabra, pero ahora lo sabe, Eiji lo amó desde siempre y poco a poco Ash fue cayendo de cara en este enamoramiento aun si al comienzo no fue romántico, fue algo que floreció igual que ese verano en Cape Cod dónde solo fueron niños, fueron barreras que ambos pudieron derribar con cautela.

Vida doméstica.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora