Capítulo 33

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A Usuri le habían dado un pase para que, si quería, pudiera quedarse todo el día en la cabaña.

Como Jo era uno de los cuidadores también podía quedarse con ella, usando el mismo pase.

Pasaron la noche abrazados al otro, durmiendo cómodamente, hasta que la luz entraba en demasía por las cortinas de las ventanas, lo que hizo a Usuri despertarse.

Frotando sus ojitos, vio a Konomi, quien disimulaba no tener el celular con la cámara apuntando en su dirección.

Rodó los ojos, seguía irritable por el dolor, aunque era muchísimo menos que ayer.

Se levantó un poco y eso fue suficiente para que Jo se despertara, vio a Usuri, quien hizo unas señas y señaló a Konomi.

—Cobramos por las fotos —habló, su voz salió ronca.

Konomi rio.

—¿Tú, cobrar? Si, seguro. Regalada.

—Tu madre es la regalada —contraatacó—. Y tú eres adoptada.

Konomi fingió comenzar a llorar exageradamente.

—Ya, suficiente —Konomi detuvo su actuación—. ¿Vienen a desayunar?

Jo le dedicó una mirada a Usuri, quien se encogió de hombros.

—Los vemos en un rato, vayan si quieren —contestó el más alto.

Ayudando a Yuma a bajar la rampa, se fueron, cerrando la puerta detrás de ellos.

—No tengo hambre —habló Jo, recostándose de nuevo en la cama.

Usuri negó, dando a entender que ella tampoco tenía ganas de un desayuno.

—¿Nos quedamos aquí todo el día? —preguntó Jo con una sonrisa ladina.

Usuri sonrió, asintiendo con ganas.

Pasaron el resto de la mañana haciendo nada productivo, jugando con unas cartas que habían encontrado en la valija de Konomi, hasta que el aburrimiento les ganó, y Jo le pidió a Usuri que le enseñara más señas.

Largo rato después, la curiosidad de Jo no podía ser saciada, y Usuri ya estaba cansada, además que su cabeza dolía más.

Así que puso como excusa que tenía hambre para que dejara de molestarlo.

En el comedor, se encontraron con K, quien estaba llevando los platos que usarían en el almuerzo.

—¡Chicos! —llamó en cuanto les vio, dejó los platos sobre una mesa para acercarse—. Me dijeron que te sentías mal —habló mirando a Usuri—, ¿te sientes un poco mejor?

La chica asintió.

K volvió a cargar los platos rumbo a la cocina, mientras, ellos se sentaron a esperarlo, el mayor volvió con un plato con puré de papas y algo de carne para ambos.

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