Capítulo cinco

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La habitación estaba en completo silencio que a (T/n) empezaba a volverla loca e iba a levantarse para salir de ahí, pero una mujer entra

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La habitación estaba en completo silencio que a (T/n) empezaba a volverla loca e iba a levantarse para salir de ahí, pero una mujer entra.

Susan: Hola, tú debes ser (T/n). —la castaña mira a la mujer y asiente—. Un gusto. Mi nombre es Susan Jones y quisiera hablar de lo que pasó la noche anterior.

(T/n): Creo que ya se lo han dicho.

Susan: Si, pero quisiera saber tu versión de la historia. —explica y (T/n) le dice lo que sucedió.

Joel dio otro paso más y como su hija dijo, ella apretó el gatillo, pero el disparo no llegó y eso puso nerviosa a la castaña. Volvió a disparar, pero nada. Joel se dio cuenta que tenía el seguro puesto y aprovechó la distracción de la menor de los Miller para correr, quitarle el arma y sostenerla en sus brazos.

(T/n): ¡No! ¡Suéltame! —gritó desgarradoramente tratando de golpear a su padre, pero este la tomaba de los brazos para que no lo hiciera.

Joel: Cariño. Nadie va hacerte daño. Cálmate.

(T/n): ¡No! ¡Aléjate, por favor! —Joel sostenía a su hija con fuerza mientras que ella seguía gritando para que la soltara. El tiempo pasaba hasta que el cansancio empezó a consumir a la joven a Miller que cayó rendida en los brazos de su padre.

Susan: ¿Y por qué trataste de dispararle?

(T/n): ¿Me creería si le dijera que soy sonámbula y estaba soñando?

Susan: Podría ser una posibilidad, pero tu padre me ha dicho que estabas despierta así que no creo que sea eso. —Miller se quedó en silencio pensando que mentira podría decir—. ¿Sabes? Creo entender porque lo hiciste. —la castaña la mira confundida, pero se queda callada esperando que la psicóloga continúe—. Después de las vacaciones te vas a mudar y dejaras atrás a tus amigos de años así que entiendo que trates de llamar la atención para que el cambie de opinión.

(T/n): ¡No! Yo jamás trataría de matar a mi padre solo para que no nos mudemos.

Susan: Pues entonces tienes que decirme lo que ocurre para que pueda ayudarte. —(T/n) toca su brazo derecho que estaba cubierto por una venda y la mujer la mira—. Tengo entendido que ayer saliste con unos amigos, ¿Eso es verdad?

(T/n): Si.

Susan: ¿Ellos te lastimaron?

(T/n): ¡No!

Susan: ¿Hicieron algo que tu no querías?

(T/n): ¡No! Ellos son los mejores amigos que he tenido.

Susan: Pues alguien te hizo esos rasguños en el brazo y debo saber quién es. —Miller se quedó en silencio y la mujer la mira de manera comprensiva—. Si crees que voy a juzgarte quiero que sepas que no va a ser así. Estamos preocupados por ti.

(T/n): Fui a la cantera con mis amigos, después fuimos a la casa del chico nuevo.

Susan: El chico nuevo. ¿Cómo se llama? —pregunta haciendo algunos apuntes en un cuaderno.

Perdedora Hasta la MuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora