Capítulo trece

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Cuando la clase acabó y era hora de volver a casa Miller guardó sus cuadernos en su mochila y al levantar la mirada volvió a sorprenderse al ver a Georgie.

Georgie: (T/n).

(T/n): ¿Por qué estás aquí?

Georgie: Eres la única que puede verme.

(T/n): Es imposible. Tú estás muerto, no puedes ser Georgie.

Georgie: Lo soy.

(T/n): No lo eres. —tomó mi mochila e iba a irse, pero el habla.

Georgie: Una vez que tuvieron una pijamada en mi casa, tú y Richie le pintaron la cara con plumones a Eddie, Stan y Billy. Cuando se dieron cuenta que los veía guardaron mi silencio con muchos dulces. Al final también se pintaron la cara para que no sospechara.

(T/n): ¿Georgie? —el niño hacia la chica y la abrazó.

Georgie: Te extrañé, (T/n). —lentamente le devolvió el abrazo al menor.

(T/n): También te extrañé Georgie.

Georgie: No estamos en Derry, ¿Verdad?

(T/n): No. Mi papá y yo nos mudamos a un pueblo llamado Hawkins.

Georgie: ¿Volverás a Derry?

(T/n): No lo sé. Eso espero. ¿Cómo puede ser que te estoy viendo?

Georgie: No lo sé. Aparecí aquí y parecía no verme nadie hasta que te hablé y tú me viste.

(T/n): ¿Será que ese es un poder también?

Georgie: ¿Poder?

(T/n): Te lo explicaré más tarde. —la castaña salió de la escuela y se subió a su bicicleta notando que Georgie se sienta en el asiento trasero, al sentir los brazos del pequeño rodearla pedaleó y llegaron a casa.

Georgie: ¿Aquí vives?

(T/n): Si.

Georgie: ¿Desde hace cuánto?

(T/n): Un mes.

Georgie: ¿Y extrañas a Bill y al resto?

(T/n): Si. —los dos hablaron como si el no estuviera muerto. Le contó todo lo que ocurrió después desde que se fue y como habían ido las cosas hasta que escuchó la puerta de la casa abrirse.

Joel: Hola.

(T/n): Hola. ¿Cómo te fue en el trabajo?

Joel: Nada importante. Solo un campo de calabazas podridas sin explicación alguna.

Perdedora Hasta la MuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora