Sin hacer ruido en el vestidor

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Con Moa habíamos ido de compras desde la mañana y a eso de las 11:30 ya teníamos varias bolsas.

-¿Quieres comprar algo de ropa?- le pregunté mientras veíamos vidrieras.

-Claro, necesito un nuevo vestido para la fiesta de Rinon- asintió y me besó en la mejilla.

Entramos al local, fuimos a la sección de mujeres y Moa se puso a mirar distintos vestidos mientras yo dejaba las bolsas entre mis piernas.

-¿Necesitan ayuda señoritas?- una joven muy atractiva se nos acercó sonriendo.

-De momento solo estoy viendo, muchas gracias- Moa negó y siguió examinando las perchas.

-¿Y tú guapetona?- me comía con la mirada.

-Estoy con ella- dije simplemente.

Puso una expresión indescifrable y se fue. Moa pasó un rato viendo  vestidos y talles, decidiendo probarse algunos. La chica atractiva volvió y le indicó los vestidores, diciendo que cualquier cosa estaría cerca.

...


Moa pasó un rato dentro del vestidor, yo solo alcanzaba a ver sus pantorrillas y sus pies desnudos mientras daba vueltas y la tela se deslizaba hacia arriba. Después de un rato, quitó el seguro y abrió la puerta mientras se miraba.

-Muy bonito- asentí y sonreí mientras ella daba una vuelta.

El vestido era abierto en la espalda, color rojo vino, y le llegaba a la altura de las rodillas.

-No me convence- se vio una vez más en el espejo de cuerpo entero que había junto a las perchas -Como que muy elegante, ¿No crees Suzuka?-

-Está bonito pero parece las mallas que usan las bailarinas de danza aeróbica- nos reímos y Moa volvió al vestidor.

15 minutos después y volvió a salir; era bastante suelto, levemente escotado y color verde oscuro.

-En definitiva este no- dio una vuelta -Parezco un alga marina-

-Me saludas a Nemo y la Sirenita cuando los veas- dije en broma y ella rió mientras me sacaba la lengua.

-Idiota- cerró la puerta.

Sonreí y esperé hasta que la cabeza de Moa asomó por la puerta.

-¿Me ayudas?- preguntó simplemente.

Entré en el vestidor y solté un silbido de admiración. El vestido era negro con tirantes, ajustado en el pecho y el abdomen, suelto en la cadera; le llegaba hasta arriba de las rodillas.

-¿Me ayudas con el cierre?- me miró desde el reflejo del espejo.

-Claro- admiré su espalda desnuda y al agarrar el cierre, rocé su piel.

-Este me gusta mucho- sonrió y asintió satisfecha -Es este, definitivamente-

-Te lo diré siempre- acaricié sus brazos y besé su cuello -Me encanta como te queda el negro, resalta más tu figura y te hace ver muy sexy-

-¿Ah sí?- se corrió el cabello para darme más espacio y suspiró al sentir mis labios subir a su oreja.

-Ajá- asentí y besé su lóbulo para después morderlo con delicadeza.

-Estamos en un lugar lleno de gente Su- susurró y la abracé por la cintura.

-Déjame ver- abrí la puerta y, al no ver nadie alrededor, sonreí y volví a cerrar -No hay nadie, pero no hay que hacer ruido mi amor-

Nos besamos de forma necesitada, tratando de no hacer ruido mientras le quitaba el vestido, ella trataba de quitarme la ropa pero se le até las manos con mi cinturón y la enganché en la percha que había ahí.

-Tú no harás nada bebé- sonreí y vi su cuerpo -Como agradezco que únicamente lleves tanga- acaricié su cuerpo a placer mientras ella trataba de liberarse del cinturón.

-Su... Por favor- su cuerpo se estremecía con mi tacto.

-Solo disfrute Madame- ataqué sus pechos con lujuria, disfrutando de la dureza de sus pezones, mientras mis manos seguían recorriendo su cuerpo.

Moa hacía esfuerzos por no gemir, se veía muy sexy así, parecía una escena sacada de una película porno. Agradecía que la gente únicamente viera nuestros pies, sino sería un momento muy vergonzoso ahora mismo.

-Te ves muy sexy atada así, como en 50 sombras de Grey- le quité la tanga y procedí a acariciar sus piernas con mis uñas, disfrutando de sus expresiones de placer.

-Por favor mi amor, te necesito tanto- Moa abrió las piernas para mí, mirándome con la lujuria ardiendo en sus ojos.

Me pegué a ella, volviendo a besarla, e introduje dos dedos dentro de ella. Moa gimió contra mis labios, momento que aproveché para meter mi lengua en su boca y rozar la suya. Al separarnos por falta de aire, su respiración y el sonido de mis dedos entrando y saliendo se escuchaba en el vestidor.

-Estás muy estrecha- susurré contra sus labios, agregando un tercer dedo y moviéndolos más rápido y profundo.

-No pares- suspiró de placer -Los mueves tan bien-

-No pienso parar- sonreí, mi mano libre fue directo a sus pechos y seguí estimulando sus pezones.

-Mierda- su espalda se arqueó y vi como los músculos de sus brazos se tensaban -Más, más, estoy cerca-

La besé con deseo y seguí embistiéndola hasta que sentí como Moa temblaba. Sus estrechez aumentó y sentí aquél líquido tan ansiado bañar mis dedos.

Saqué mis dedos de ella y la desaté mientras la ayudaba a vestirse.

-Eso fue genial- Moa se arregló el pelo y sonrió.

-Soy la mejor ¿No es así?- le guiñé el ojo y me acomodé la ropa.

Salí del vestidor y me encontré de frente aquella chica atractiva junto a dos guardias de seguridad.

-¿Se puede saber que hacía ahí?- preguntó mientras se cruzaba de brazos.

-La ayudaba con el vestido- señalé la puerta del vestidor.

-¿Y porqué tardaba tanto?- la duda estaba implantada en su cara.

-Es que el cierre no colaboraba- Moa salió con los vestidos en sus perchas -Me llevo el negro-

-Deberían haberlo dicho, le traeré uno nuevo- la chica tomó los vestidos.

-Muchas gracias- hizo una reverencia y salimos del sector de los vestidores rápidamente.

-De la que nos salvamos- suspiré y sonreí.

-Cállate- Moa se sonrojó y me tomó del brazo.

Sexo, alcohol, drogas y Rock & RollDonde viven las historias. Descúbrelo ahora