➤𝐄𝐏𝐈𝐒𝐎𝐃𝐈𝐎 𝟏𝟏.

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Jisung salió de su casa con el corazón completamente roto y herido

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Jisung salió de su casa con el corazón completamente roto y herido. La situación lo hizo pedazos, y no era por el golpe que le dió su madre, más o menos estaba acostumbrado, sino sus palabras.

Pero que en alguna parte eran ciertas. Él ni siquiera ha cumplido la mayoría de edad aún, no tenía dinero suficiente, y ahora menos. No podía pagar sus estudios, no le llegaba el presupuesto. Muchos dirán que tiene a Minho para poder quedarse con él, pero Jisung se avergonzaba tanto de la relación con su familia, que le hizo creer a Minho que todo era un cuento de hadas. Que era una familia perfecta, donde todos se querían. Pero en cuanto Minho ponía un pie fuera de esa casa, su familia dejaba de fingir tanta vida color de rosa y empezaba su infierno.

También tenía a su mejor amigo Felix, pero no podía quedarse en su casa sin más, Felix tenía padres.

Suspiró, mirando cuanto dinero le quedaba en la cartera. Estaba solo, sin mudas de ropa, nada. $𝟩𝟪, un poco más de lo justo para poder quedarse tres días en un hotel y conseguir un trabajo en esos tres días. Sería una tarea difícil, pero no le quedaba otra alternativa.

Visitaba los locales donde veía los carteles buscando empleados, apuntando todos y cada uno de esos números. También a veces entraba en las tiendas para preguntar a algún superior si podía rendir allí, pero no en muchos tuvo la suerte de que le dijeran que sí.

La noche pronto llegó, los locales ya cerraban sus puertas. Hoy fue un día largo, no comió nada y ni siquiera bebió una gota de agua. Su estómago dolía por estar vacío y se estaba sintiendo algo mareado también. Tenía mucha hambre.

Vió las luces del cartel de una tienda de conveniencia a lo lejos. "Una botella de agua no estaría mal", pensó.

—No me lo merezco.— Dijo en voz baja. Su piel se erizó.

Recordó ese tiempo en el que estuvo fatal, ese tiempo en el que se le olvidaba algo tan simple como comer, porque según él no se merecía el premio de la comida. Porque según él, si las cosas no salían bien él tenía que estar horas y horas, ya sea día y noche, maquinando algo para poder arreglarlo. Y si no lo conseguía, él no era digno de tener algo bueno.

Y es que, si le preguntamos, Jisung dice que tiene esos tiempos más que superados. Pero volver a tener ese pensamiento, lo dejó con un muy mal sabor de boca. 

Se estremecía del frío que estaba empezando a hacer, miró la hora en su teléfono, ya era bastante tarde y no le quedaba mucha batería. Vió en la bandeja de notificaciones algunos mensajes de su alfa, pero estaba tan cansado que no tenía fuerzas de ni siquiera responderle.

—Oye, menudo culo tienes, zorrita...— Comentó una voz desconocida que era un poco difícil de entender. —¿No hablas, bonito?—

Jisung supuso que solo era alguien borracho por la calle, aceleró notoriamente su paso y su respiración era algo agitada. Escuchaba pasos por detrás de él. Tenía miedo. Era alguien indefenso esa noche, no podía hacer nada.
Contaba del 1 al 10 repetidas veces, tratando de calmarse.

Giró su cabeza, nadie lo estaba siguiendo ya. Y no sabía si eso era algo bueno o malo, porque no sabía donde estaría la persona.

Afortunadamente fue capaz de poder llegar a salvo a un hotel. Habló con la amable muchacha de la recepción, pagándole el respectivo dinero y recibiendo la tarjeta de la habitación.

Llegó a esta, dando un suspiro. Esa habitación ya no olía como la suya, no tenía esa sensación hogareña y no tenía su toque personal. Definitivamente esa no era su habitación ni nada parecido a ello.

—Después de todo, supongo que no está tan mal.— Dijo, intentando convencerse de aquellas falsas palabras. Porque él sabía que todo estaba mal, absolutamente todo. Sus ojos estaban perdidos mirando un punto de la pared, tratando de calmarse. Se sobresaltó al escuchar el ruido de su teléfono. Minho. Una débil sonrisa se pudo llegar a formar en sus labios. Respiró hondo, y se colocó su teléfono en la oreja para contestar.

—Hola, Minhonnie~.— Habló con voz cantarina, tratando de escucharse bien.

—Hola, bebé. ¿Todo bien? No me respondiste hoy, Jisunggie.—

—Sí, mi amor, estoy bien.— Sus manos empezaron a ponerse temblorosas, y su labio inferior temblaba. Se abanicó con las manos, pensando que así se secaría las lágrimas que amenazaban con salir. —S-solo que hoy estuve ocupado con mi mamá, y llegué muy cansado, me encuentro algo mal.—

—Oh, bien, me preocupé un poco. Deberías descansar, bebé, ¿de acuerdo?— Jisung hizo un casi inaudible "Mhm" para afirmar. —Te amo.—

Y una lágrima escapó de su ojo, su labio fue mordido para no dejar que un doloroso gemido saliese de ellos.

—Te amo también.— Concluyó, finalizando la llamada.

Su teléfono fue soltado y su cuerpo y manos sufrían temblores. Empezaba a llorar ansioso. Algo que no le pasaba desde hace mucho tiempo. Giraba su cabeza de lado a lado, como si buscara algo o a alguien. Pero no, él estaba solo en esa habitación. Y tenía que enfrentar solo los siguientes días.

Solo.

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ミ❤︎︎彡

𝐈 𝐮𝐬𝐞𝐝 𝐭𝐨 𝐡𝐚𝐭𝐞 𝐲𝐨𝐮.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora