➤𝐄𝐏𝐈𝐒𝐎𝐃𝐈𝐎 𝟏𝟒.

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Jisung despertó con un inmenso dolor de cabeza

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Jisung despertó con un inmenso dolor de cabeza. Le dolía todo su cuerpo, el roce que le causaba la ropa al estar pegada le ardía.

Se miró al espejo, contempló su rostro. Parecía que no durmió en semanas, sus ojeras, sus ojos oscuro. Se daba miedo a sí mismo.

Suspiró, intentando poner la mejor sonrisa que podía. Le llegaba a aterrar el hecho de que sabía fingir sonrisas y aparentar estar bien.

Pero sabía que en algún momento inoportuno se podría derrumbar.

Llegó al instituto, sin tan siquiera saludar a su mejor amigo

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Llegó al instituto, sin tan siquiera saludar a su mejor amigo. Se sentó en su sitio, preparando sus cosas. Poco a poco iban entrando sus compañeros.

Después escuchó esa estruendosa risa que era tan familiar para él. Rápidamente cambió su postura e intentó animar algo su expresión. No quería preocupar a su novio. Alguien le susurró al oído.

—Hola, bebé.— Su voz era dulce, calmada, pacífica.

Después sintió como unos brazos lo rodeaban por detrás, sintió ese aroma único que lo hacía estar tan tranquilo. Su lugar seguro, donde nadie le podía hacer daño, donde nadie podía ponerle una mano encima. Su alfa. Se giró, mirando esos ojos marrones que era capaz de hacerle sentir un sinfín de emociones, se perdió en ellos.

Se hipnotizó tanto por él que se le olvidó todo. Se olvidó por completo de que tenía que aparentar, se olvidó de lo que había al rededor.

Sus lágrimas empezaron a recorrer sus mejillas, Minho sin entender por qué.

—Bebé, ¿qué pasa?— La preocupación se notaba en su tono de voz. Minho acunó el rostro del menor en una de sus manos. Jisung negó levemente, apretando sus bonitos labios. Miraba aún los ojos del mayor. El pecho del castaño comenzó a dolerle, sin comprender qué le estaba pasando a su omega.
—Bebé, respóndeme, por favor.—Habló en un tono calmado. Jisung se rehusaba a hablar y contárselo.

Minho lo cargó sin importarle si estaba en la escuela, se lo llevó a los baños para hablar más cómodamente con él. Jisung se mantenía sollozando en su hombro, sin querer soltarse de aquel abrazo, por más que le dolieran sus heridas. Sus manitas hacían puño en la camiseta del mayor.

—Perdón, perdón, Minho...— Repetía una y otra vez con su voz rota. Minho lo trataba de acallar, lo mecía suavemente en sus brazos como si fuera un pequeño niño, liberaba sus feromonas para poder tranquilizarlo.

—¿"Perdón" por qué, bebé? ¿Qué es lo que pasa?— Minho se empezaba a desesperar, dió unos pasos para atrás hasta quedar con su espalda pegada a la pared y después bajar hasta el suelo, dejando a Jisung sentado a horcajadas sobre su cuerpo.

—Yo... y-yo te engañé...— Decía pausadamente, su garganta parecía dolerle cada vez que hablaba. El corazón de Minho dió un revuelvo dentro de su pecho.

—Jisung, ¿qué dices?— Su tono de voz ya cambió a algo más serio, ya no le hablaba dulcemente. Jisung quería morirse. ¿Y si Minho se enfada con él? Bueno, en realidad lo entendería.

—Yo dejé que otros me tocaran...— Quiso eliminar la otra parte de la historia, no quería darle lástima al mayor. Él todavía quería aparentar ser "perfecto" y tener una familia "perfecta". Sintió como el agarre de la cintura se hizo menos fuerte. Sintió como el mayor lo bajó de encima de él. El castaño se levantó dejándolo en el suelo.

—¿Dejaste que lo hicieran y te quedaste callado?— Preguntó con indignación, Jisung asintió levemente. Escuchó la irónica risa del mayor.

—No puedo creer que la madre Luna me hizo pensar en algún momento que eras mi omega destinado. —Chasqueó su lengua, Jisung abrió los ojos mirándolo al escuchar eso.— Maldita sea la jodida hora en la que te marqué, Jisung.— Se escuchaba tan honesto. El pelinaranja empezaba a llorar sin control. Su lobo lloriqueaba también, mientras que el de Minho se sentía furioso y resentido.

El mayor se dirigió a la puerta para abandonar el sitio, su muñeca fue tomada por una manita de Han. El pequeñito negaba con su cabeza.

—No te vayas, por favor. Por favor, no...— Su voz entrecortada y sus ojos suplicantes. Pero a Minho también le afectaba esa situación.

—No quiero estar contigo, ¿lo entiendes?— Habló algo alterado, Jisung se encogió y lo soltó rápidamente. Asintió comprensivamente mientras su corazoncito dolía. Vió como el alfa desapareció de su vista.

Él se había quedado solo.
Da igual, se lo merece.

Me encanta sufrir, es lo que mejor se me da 😻

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Me encanta sufrir, es lo que mejor se me da 😻.
Gracias por leer. 💗

ミ❤︎︎彡

𝐈 𝐮𝐬𝐞𝐝 𝐭𝐨 𝐡𝐚𝐭𝐞 𝐲𝐨𝐮.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora