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Finalmente era el día de reunirse con Taehyung.

A pesar de que no quería ponerse nervioso por una salida con un amigo, no podía evitar sentirse de esa manera cuando estaba en presencia del castaño. Pero no se juzgaba a sí mismo por eso, ya que él no podía controlar esa situación y además, recién estaba tomando la iniciativa de alejar sus sentimientos románticos y ponerlos a un lado.

Visualizó el cuerpo de Taehyung ya dentro del local y limpio las palmas de sus manos en su camisa antes de entrar a la heladería. La campana arriba de la puerta anunció su llegada y al igual que otros clientes se asomaron para que quién entraba, Taehyung lo hizo también, encontrándose con su pequeña sonrisa.

— Hey, ahora soy yo el que llega temprano. — levantó la ceja y señaló la silla enfrente de él. — Toma asiento.

— Gracias, Tae. — no sabía por qué había agradecido pero de igual manera lo hizo. Una mesera se acercó a ellos y les pidió la orden. — Yo quiero un helado de vainilla, por favor.

— Pediré lo mismo que él, gracias.

— ¿También te gusta el helado de vainilla o simplemente pediste lo mismo que yo? — se rió ampliamente y no pudo evitar fijarse de manera rápida en lo lindo que se veía Taehyung vestido todo de negro y con esa gorra roja que resaltaba su rostro.

— Tenemos los mismos gustos, al parecer.

— Increíble...

— Supongo. — se encogió de hombros y le sonrió al menor quien se veía un tanto incómodo, cosa que él entendía. — Creo que tú también te sientes algo incómodo al encontrarte de nuevo conmigo, y es normal.

— No quería admitirlo, pero es cierto. — formó un puchero y se ruborizó cuando la mirada del castaño se dirigió a éste. — I-igualmente es solo por ahora, en unos minutos me calmaré.

— Pienso lo mismo. — se removió en el asiento y fijó su mirada en Jungkook. — De verdad agradezco el hecho de que nuestra amistad continúe, Jungkook. No sé, pero por alguna razón me siento cómodo contigo y siento que puedo hablar de lo que sea cuando converso contigo.

— Me alegra que te sientas así conmigo, Tae. — su corazón se aceleró un poco al escuchar las palabras del castaño. — Porque yo me siento igual al estar contigo... — se quiso cachetear al decir eso porque sus mejillas de nuevo se habían tornado rosadas.

— Eso es increíble, Jungkook. Y ahora que me dices eso, siento que puedo hablar libremente contigo sobre algo que no he hablado ni con Yoongi ni con Namjoon.

Notó la expresión de sorpresa en el rostro del azabache, la cual unos segundos después se tornó en una expresión de preocupación.

— ¿Es algo malo, Tae? — se sintió afligido al pensar en que era algo tan malo que el castaño ni siquiera había tenido la valentía de contarle a sus amigos. Como si fuera de manera automática su mano se dirigió a la mano de Taehyung que estaba encima de la mesa y cuando sus ojos conectaron con los otros se dio cuenta de lo que estaba haciendo y se alejó inmediatamente. — Dios, lo s-siento mucho, Taehyung.

— No te preocupes, Jungkook. No me molesta. — se rascó la nuca porque ese acto le había puesto nervioso por alguna extraña razón.

Por unos segundos el intercambio de miradas se hizo presente y la incomodidad surgió de nuevo, al igual que la timidez ante los sentimientos que se presentaron en ambos corazones. Esto fue interrumpido por la mesera quien pasó a dejar sus órdenes.

— Un helado de vainilla por aquí. — dejó una pequeña vajilla con helado enfrente de Jungkook. — Y otro por aquí... — cuando dejó el otro helado enfrente de Taehyung, con total descaro, le guiñó un ojo a este antes de irse de nuevo.

Linked to You - AU VkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora