"Fanfic" del fanfic de navidad de Eva

☆｡CAPITULO 1｡⁠☆

Rachel.

Me detengo a respirar con la espalda pegada a la pared cerca del elevador, mis manos tiemblan y no sé porque me esmero en hacernos tanto daño si es obvio en dónde queremos estar.

Me tengo que contener para no ponerme a patalear, mi cabeza trae las miles de consecuencias que habrán si lo escojo, pero mi corazón arde mientras recuerdo cada momento junto a él y posibles momentos que compartir con él.

Pego un brinco cuando una puerta se abre, pero no es Christopher, es otra persona que claro que no conozco, pero se me queda viendo raro antes de seguir su camino.

No puedes hacerlo, Rachel.

Irte es lo mejor para ambos.

Y... Joder. Hay mucha razón, pero...

Avanzo hasta la habitación, mi mano gira el pomo lentamente mientras pienso de nuevo en que carajos estoy haciendo... No hay vuelta atrás cuando la puerta cede.

Hay muchos riesgos, pero si los enfrentamos juntos, serán nada.

—A la mierda.

Christopher.

Rachel James está muerta para mí.

Comienzo a recoger mis cosas y a vestirme para proceder a hacer el cheque para la cuenta del hotel, detesto que mi pecho arda como si hubiera bebido alcohol puro.

La maldita se fue, se largó, no me interesa ya que le pueda pasar, que...

—Estoy asustada —volteo, ella está de pie a unos dos pasos de mí—, tengo miedo de que Antoni quiera... —respira hondo—... De que regrese y me vuelva a drogar... De que les haga daño a los que quiero...

¿No sé había ido?

Limpia las lágrimas que siguen saliendo.

—Antoni piensa que estás muerta —mascullo, acomodo el reloj en mi muñeca.

El órgano dentro de mi caja torácica comienza a palpitar con más fuerza y no quiero que lo haga. No quiero.

—¿Y si llega a saber que no lo estoy...?

—Te dije que no dejaría que te vuelva a tocar —la cortó.

—Si... —titubea— si me voy contigo... ¿Q-que va a pasar con esto del exilio?

No me gusta la esperanza que comienza a latir dentro de mi tórax.

—¿Qué va a pasar con qué?, Se acaba y listo.

—No creo que sea tan fácil...

No lo es. Pero no me importan las consecuencias.

Da un paso vacilante.

—¿Me aseguras de que Antoni no va a tocarme ni a tocar a nadie de los que quiero? —murmura—, porque se supone que pedí este exilio con el fin de protegerlos... Pero también quiero pensar en mí, en que quiero estar a tú lado... Pero tengo miedo...

—Antoni tarde o temprano va a caer. Y no tiene que saber de manera inmediata que estás viva, así que no pondría en riesgo a nadie —no voy a hacer promesas que no me interesan cumplir. Solo me interesa ella.

Asiente.

—Bien. Quiero ir contigo, a dónde sea... Tú me haces feliz y quiero seguir siéndolo...

Termina por acortar la distancia y la levanto, besando sus labios. Ella me eligió.

Volvemos a la cama, dónde me vuelvo a deshacer de su ropa y ella de la mía, marco a mi paso lo que esté a mi alcance, escucho su respiración acelerada y juego con sus terminaciones nerviosas antes de adentrarme en ella.