☆。CAPITULO 5。⁠☆

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Rachel.

Volteo hacia la puerta cuando se abre, dejando ver al médico con Christopher, la tensión en el cuerpo de Christopher me tensa a mí también y me hace saber que nada está bien. Nada.

Las enfermeras entran en silencio y acomodan el ecógrafo a mi lado, empuñó las sábanas, no me voltean a ver, parecen enfrascados en su propia pelea de miradas y a mí eso no me ayuda. Me hace sentir que el error fue mío, que quizá hice algo que entorpeció el efecto y mi cabeza ansiosa no hace más que reafirmar mis suposiciones.

Bajo la cara cuando la primera lágrima cae. La primera en quince horas. Me obligaron a calmarme cuando llegamos.

Eso fue ayer.

Y si, lloré en la noche, pero me quedé dormida.

Christopher estuvo a mi lado un rato, pero en silencio, no me habla ni me mira, supongo que me odia.

Reece después de sacarme varias muestras de sangre se fue y hasta apenas regresa.

—Rachel, entra al baño y ponte esta bata.

Bajo de la camilla con ayuda de la enfermera y ella toma la bata para guiarme al baño, me ayuda a ponerme la bata sin mover tanto el suero en mi mano, por qué al parecer, estoy anémica también.

—Cariño, no llores, le hace daño a tu bebé —me limpia las lágrimas—. Una mujer tan bonita como tú no debería de mojar sus mejillas.

Desencadena más lágrimas, me abraza y me aferró a ella como si fuera alguien que me quiere.

—Esos dos hombres allá afuera parecen hechos de piedra, pero se están preocupando por ti, ¿Sí?, Dame una sonrisa.

A medias lo intento, me limpia de nuevo las mejillas y me ayuda a salir de nuevo.

Me acomodo en la camilla como me lo indican y en la apertura de mi vientre, Reece esparce un gel frío en mi vientre y después pasa el aparato por el mismo.

Parece tonto, pero me aferró a la enfermera, porque necesito algún soporte y Christopher solo está de pie, casi inmóvil a unos metros de la camilla.

Reece suspira.

—Lo que te dije. Uno —mueve el doppler—. Y dos.

Cierro los ojos, procesando lo que soltó. Dos. Dijo dos.

Me llevo las manos a la cara, intentando retener el llanto, pero otras manos me lo impiden, su aliento me golpea, antes de sentir sus labios en mi cara y labios.

—Sigue —le ordena al tío.

Lo aparta de mí y sigue moviendo el doppler en mi vientre.

—Al parecer estás de 6 semanas, las medidas están dentro de lo indicado y se pueden escuchar sus corazones.

Se me acelera a mí el mío, siento como una corriente eléctrica me recorre, los ojos de Christopher bajan a los míos.

—Bien. Ponlo.

Regresa la mirada a la pantallita, Reece vuelve a mover el doppler, mueve no sé qué y... El sonido más bonito inunda la habitación.

—Este es el más grande.

Tum. Tum. Tum.

Mueve el aparato, señalando al que es más pequeño, pero está bien. Es igual de acelerado que el de su hermano, mucho. Se me llenan los ojos de lágrimas.

Por alguna razón me siento llenísima, es como si estar con Christopher aquí, escuchando a mis bebés fuera el mejor momento en la tierra.

Se me escapa el aliento mientras experimento tantas emociones a la vez, que temo que mi corazón colapse.

"Fanfic" del fanfic de navidad de EvaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora