☆。CAPITULO 16。⁠☆

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Christopher.

Bajamos del jet con los mellizos en los brazos, está lloviendo cómo cosa rara.

Rachel cubre a Milenka con su abrigo y a Owen con una chaqueta, avanzamos rápido a la parte techada más cerca de la pista mientras que Reece asegura que irá por unas sombrillas para cubrir a los niños y Patrick avisa que pasará a dejar al gato en la entrada de la casa, pero necesita irse ya, por qué al parecer su hija pescó un resfriado y lo quiere ver. Nos quedamos con los mellizos, pero estos ni se inmutan ante el frío, siguen igual de dormidos que cuando los subimos al jet.

—Es realmente grande, mucho más de lo que me imaginaba —habla Rachel mirando al rededor mientras sujeta bien a su hijo para brindándole calor.

—La de Rusia es más grande.

—Si, pero estamos aquí, me gusta mucho esta —se da la vuelta y sonríe—, pero me gustaba más la nuestra, la verdad.

—¿Y por qué? —enarco una ceja—. Esa casa parecía jaula.

—No la ves con perspectiva —bufa—, tenía enredaderas preciosas y podía cuidar de un jardín muy bonito. Y no parecía jaula, los barrotes se abrían y se cerraban.

—Y nunca los abriste.

—¿Para qué?, Si no es que tuviera ganas de trepar por ahí para saltarme y huir de la casa —se ríe.

—No entiendo por qué te gustaba tanto.

—Ni yo por qué a ti no te gustaba.

Se acerca y aprovecho para besarla, lo que la hace soltar otra risita.

—Compórtese, Ministro —remarca el cargo—, que sus hijos están presentes.

—Y dormidos.

—Pero presentes —me da un beso en la mejilla, frunzo el ceño—. Ahí viene Reece, y a Milenka se le está descubriendo la pierna, si le da tantito el viento frío se va a despertar enojada, yo solo aviso.

Suspiro, acomodándole el jodido abrigo para que la cubra bien, en esos momentos también llega Reece, que extiende ambas sombrillas y las sujeta para que avancemos sin complicaciones. Las empleadas de la casa avisan que Alex no está, y mejor, así no se pone a molestar a mis hijos. Pasamos de largo a la camioneta de la guardia que ya esperan por nosotros, Rachel acomoda a los niños en las sillas y yo regreso al jet por sus maletas.

En el camino el maldito gato maúlla y entonces escucho el conocido grito de Rachel, pidiendo que no me vaya a olvidar de él.

Cómo si pudiera, la mujer es capaz de matar por ese gato.

Reece se despide aquí, pues hace saber que va a esperar a su hermano en su despacho, pero que va a volver a ver a sus muñequitos.

Dos escoltas se llevan las maletas a la camioneta y yo paso a coger al estúpido gato, llegó hasta la camioneta y se lo doy, queriendo que esté lo más lejos posible de mí.

—Yo conduzco, vete con los otros —Mike me entrega las llaves en seguida.

Entro y Rachel lo hace conmigo, se acomoda en su puesto y le habla al gato como si le hiciera caso. Suspiro y enciendo la camioneta para irnos de aquí.

En el pent-house ya está todo listo para los mellizos, pero no estoy seguro si les va a gustar, ya que están acostumbrados a tener más espacio, tenían una jodida casa llena de sus juguetes y juegos, al igual que la piscina, les gustaba jugar dentro, así que, estoy seguro que no se van a adaptar rápido a su nueva casa. Tienen una habitación de juegos y el jacuzzi, pero no es lo mismo, claro.

"Fanfic" del fanfic de navidad de EvaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora