☆。CAPITULO 17。⁠☆

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Rachel.

Días pesados, muy pesados.

No llevamos ni una semana aquí, ni una, ni siquiera se sabe que estoy aquí, y aun así, los días han sido muy difíciles, más para Christopher que para mí.

Christopher tomo su cargo y el mismo le exige muchas cosas que aun no entiendo del todo, así que se la pasa fuera mucho tiempo, a los mellizos no les gusta, pues tiende a llegar cuando ellos ya están dormidos y a irse en medio del desayuno. Supongo que estaban muy acostumbrados a que, aunque fueran tres días, nunca se les separaba.

Lo veían todo el día, nos sentamos a ver películas hasta que se dormían, incluso jugaban con él, Christopher los levantaba halándoles los pies, los llevaba a la mesa y de ahí, los echaba sobre sus hombros para llevarlos de nuevo a su habitación para que se ducharan y lavaran los dientes. De esas actividades ya no hay ni un rastro.

Sé que es por un tiempo, solo mientras se termina de incorporar y tomar las riendas de la FEMF, pero me estruja el corazón ver a mis bebés sentados en el sofá, tristes, mirando una serie infantil sin verla realmente y con el pobre Mily siendo ignorado también por sus ánimos bajos.

Vamos que es una escena realmente deprimente. Ahora imagínate viéndola siendo la madre de los pequeños ahí.

Y no puedo salir para distraerlos, no puedo hacer nada más que proponer juegos que ellos rechazan por qué están sin ánimo, o decirles que juntos veamos la película y comentemos de ello mientras comemos palomitas. Ya no sé qué hacer.

Antes igual se desanimaban, solo los dos primeros días después de que su padre se fuera, a los otros, las videollamadas eran suficientes para tenerlos felices durante el día.

No puedo salir hasta que Christopher me anuncie cómo la primera dama, no puedo hacer algún movimiento que muestre que estoy aquí y viva... Pero ver a mis hijos así...

—Si en diez minutos se ponen más bonitos y un par de zapatos, vamos a qué conozcan dónde vivía mami antes de conocer a su padre.

Ambas miradas van hacia mí y la curiosidad las ilumina, me hincha el pecho eso, en seguida bajan del sofá y corren a su habitación, escucho el jaleo que últimamente no estaba haciéndose presente y eso me basta de momento.

Voy a mí habitación y cojo la ropa que me mantendrá de incógnita un rato, suelto mi cabello, asegurándome que cubra bien mi rostro tomo una gorra de las que tiene Christopher en el armario y también la acomodo y paso a tomar el estuche con lentes oscuros que seguramente le pertenecen a Christopher, pero que estoy segura, no me quedarían mal, listo.

Camino al despacho abriendo el último cajón en su escritorio, tomando las primeras llaves de auto que veo y tomo las llaves de mi departamento en Belgravia, cuando salgo, mis bebés ya están listos.

—Vamos a jugar a algo —sonrío—, a que somos super estrellas de cine y tenemos que hacer que no nos reconozcan, ¿Quieren?

La mirada iluminada me llena el corazón.

—¡Si!

—Entonces, pónganse una gorra como la mía y unos lentes oscuros, yo aquí tengo los míos —les muestro el estuche con ellos.

Vuelven a correr a la habitación y cuando regresan, Milenka trae unos rosas y el gorrito de flores que nunca suelta, Owen los oscuros que utilizaba algunas veces en la casa y el gorrito rojo con un auto a un lado.

—Vamos, mis niños —les doy un beso en la frente antes de acomodarles bien los gorros.

Les tomo las manos y avanzo al elevador, pico directamente el botón del estacionamiento y al llegar, hago que Owen se sujete de mi abrigo para presionar el botón y saber dónde está el auto que tome.

"Fanfic" del fanfic de navidad de EvaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora