Ambos gobernantes estaban caminando por el bosque del invierno, la lechuza de Milori se había ido dejándolos solos. El señor del invierno la tenía de la mano mientras le mostraba el lugar, la brisa estaba fresca y los copitos de nieve caían suavemente–Clarión...- la llamo mientras se daba vuelta para mirarla, la reina lo miro algo curiosa. Milori tomo sus manos con delicadeza y beso sus labios con dulzura –quería devolvértelo- murmuro mientras se quitaba del cuello un colgante que por la ropa no se lograba distinguir una simple vista. Clarión no pudo evitar que los ojos se le iluminasen al ver el trébol aun verde y con todo su esplendor
-¿aún lo tienes?- pregunto sorprendida mientras rosaba uno de sus dedos por el suave y delicado oro del colgante
–No podía perderlo- murmuro dulcemente mientras dejaba el colgante en la mano de la soberana. Ella bajo la mirada a su mano donde yacía la alegría para luego suspirar y volver a ponerlo a él
–Quiero que te lo quedes- dijo con cariño mientras le rodeaba el cuello
–Pero es tuyo...- dijo algo confuso
–yo te lo regale, no puedes devolvérmelo ¿recuerdas?- dijo sin poder evitar sonreír. No podía quedárselo ella porque el colgante ya había elegido otro dueño, desde ahora Milori no era más un guardián del tesoro, si no su dueño... al igual que el otro hombre. El señor del invierno sonrió y volvió a besarla con dulzura
–Entonces me lo quedare- dice mientras le acariciaba el cabello.
Habían pasado dos semanas desde su encuentro con Milori, estaba en la sala mientras leía algunos informes de los ministros que se encontraron en tierra firme
–Me has engañado y me hiciste viajar y perder el tiempo...- escucho una voz conocida pero a la vez más madura, escupía las palabras como que si aparece veneno. Clarión se levantó de donde estaba sentado y se dio vuelta a ver al hombre
–Yo no te mentí- dijo decidida
–y sigues con tus juegos...- el hombre dejo escapar una carcajada antes de acercarse más a ella, Clarión fue alejándose de él mientras daba pasos para atrás –seguí a cada uno de tus dos hermanos... ¿para qué? Para que ni siquiera encontrar una pista... ninguno sabía dónde se encontraba ni lo tenía- dijo furioso mientras se seguía acercando
–Ellos no me dijeron que habían cambiado de cuidador- dijo mientras fruncía el ceño con fingida confusión
–Tú fuiste la que entrego el colgante a otra persona... ¡y ahora me dijo a quién!- grito enojado mientras sus ojos brillaban y arena negra empezaba a rodearlo. Clarión trato de contrarrestar esos ataques con el polvillo de hada pero con el tiempo él también se había vuelto más fuerte
-¡no lo sé!- exclama mientras transportaba de sortear las afiladas piedras negras que el hombre tiraba. Al final termina cayendo de rodillas al suelo ya sin poder defenderse, sintió un dolor en el pecho y la sangre corriendo desde una herida en su cuello
–Volveré a preguntar- dijo mientras se le acercaba amenazante.
Milori estaba sobrevolando el bosque del otoño, habían encontrado una forma para que las hadas de invierno pudieran cruzar la frontera sin sentirse mal. Sentía que algo estaba mal, una extraña sensación de angustia y miedo lo rodearon ¿Qué pasaba? Su lechuza también parecía sentirlo porque movía la cabeza nerviosamente... era muy seguro que algo malo pasaba ¿pero qué?
Y ¿Dónde? Frunció levemente el ceño pensando cuando una posibilidad hiso que palideciera más de lo que ya era ¡Clarión! ¿Podría estar mal? No perdía nada con seguridad así que cambió el rumbo hacia el árbol del polvillo.
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𝙴𝚕 𝚝𝚛é𝚋𝚘𝚕 | ʟᴏʀᴅ ᴍɪʟᴏʀɪ ʏ ʟᴀ ʀᴇɪɴᴀ ᴄʟᴀʀɪᴏɴ
FanficUn colgante de trebol que Clarión le entrego a Milori antes de separarse tiene mas secretos de los que se pueden imaginar. Un hombre que lo quiere por su poder, una chica maligna que puede volver y cosas que no se pueden decir ¿estará Milori prepara...