CAPÍTULO 5 - Los reyes sureños

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Ella despertó acurrucada al lado de su pareja, había pasado una tormenta esa misma noche y que todo fuera de hielo no ayudaba mucho para aguantar el frío. Pero aun así se sintió bastante cálido a su lado.

Ella movió la cabeza mientras se despertaba, su cabello lacio se lució con ella. Se sentó despacio para no despertarlo... hoy había sido uno de esos días que se despertaba más temprano de lo normal ¿razón? Tenía hambre y estos tan apropiados antojos se daban en cualquier hora.

El sol aun no daba alguna luz y todo estaba oscuro, eran las cuatro de la madrugada.

Se levantó de la cama sin despertarlo para luego abrir la puerta, una fina capa de escarcha se lesionó por todo el piso haciéndolo ver más hermoso... la castaña suspiro y salió sin hacer ruido, al lado estaba la habitación de la ministra y lo menos que quería hacer era despertarla, se sintió como una niña yendo a una mansión totalmente desconocida... en cierta forma así lo era, Milori no le había mostrado más que el salón, el comedor y el pasillo para llegar a la habitación ¡rayos! ¿Dónde estaba la cocina?

Negó con la cabeza mientras bajaba las escaleras para llegar a comedor... iba a encontrarla, no importa cuando tiempo le cueste ¿Qué? ¡Tenía hambre! Aunque rogaba que hubiera algo salado para comer, como pan... ¡rayos! No era buena para engañarse ni a sí misma, quería algo dulce pero no quería parecer caprichosa.

Camino por un largo rato por el gran castillo, por los pasillos y largas escaleras, aunque no podía abrir las habitaciones una por una para ver si algo había. Camino en total una media hora, luego de eso se sentó frustrada en una de las sillas de madera del comedor, miro los decorativos de hielo que esta tenia y esos dibujos. Gruño un poco antes de levantarse ¡tenía hambre! Y no espero esperar hasta las seis de la mañana. Suspiro y se acomodó un poco el cabello, no iba a despertarlo... solo... ¡rayos! Camino de vuelta hacia la habitación y contempla unos segundos a su pareja que seguía dormida. 

Respiro profundo ¿y si se trata de dormir otra vez? No era opción, pero era la primera vez que estos pequeños antojos sucedían en esta hora y, además, ella misma los atendía ¡pero aquí no podía! ¿¡Para que rayos le sirvan?!

Respiro profundo, él no tenía por qué hacerlo ¿verdad? Ambos estaban ocupados en distintas cosas y hoy venían a verlos los reyes sureños, pero eso no tenía mucho que ver. Dando pasos silenciosos se sentó a sus espaldas

–Milori...- fue apenas un susurro que ni ella estaba segura de haber dicho. Frunció levemente la nariz y luego puso su mano en el hombro del peliblanco –Milori- volvió a llamar un poco bajito, él ni se inmuto ¡que bronca! Además era difícil despertarlo -¡Milori!- hablo más cerca de él mientras lo agitaba levemente. Él apenas se movió. Las ganas de tirarle una jarra de agua aumentaron -¡Milori!- dijo más fuerte mientras los agitaba, él se movió murmurando un "déjame dormir" que solo hiso que la reina frunza el ceño. Dando un gruñido rendida se sentó en la silla mientras esperaba, Milori era un hada invierno, por consecuencia podía despertarlo con agua tibia ¿o no?

Ahí se dio cuenta de otra cosa: no tenía idea de dónde estaba la cocina y el agua aquí solamente era fría al menos que la caliente.

Suspiro enojada mientras los miraba, no iba a hablar más fuerte porque eso despertaría a Snowflake, eso era algo que prefería evitar... salió de la habitación una vez más mientras trataba de pensar algo. Sonrió al ver una pequeña hilera se agua que corría en las paredes. 

Agarro un poco de agua en sus manos y se adentró al cuarto... hiso crecer una pequeña plantita en un florero y luego saco una especie de jugo de ella. Usando el florero como recipiente mesclo el agua y el jugo de la planta, el cual era verdoso. Sonrió inocentemente antes de echársela a la cara, en seguida esta empezó a arder despertándolo de inmediato

𝙴𝚕 𝚝𝚛é𝚋𝚘𝚕 |  ʟᴏʀᴅ ᴍɪʟᴏʀɪ ʏ ʟᴀ ʀᴇɪɴᴀ ᴄʟᴀʀɪᴏɴDonde viven las historias. Descúbrelo ahora