CAPÍTULO 8 - Los preparativos

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Clarión sonreía nerviosamente mientras las hadas modistas tomaban las medidas para el vestido, realmente se sentía un poco ¿ahogada? Todas las hadas comentaban felices lo de la fiesta ¡estaba muy emocionadas! La noticia volaba como una pelusa en día de viento ¡tan solo faltaban dos días!

Todos se estaban apurando en los preparativos, la hadas del té con sus mejores Tés y comidas, las hadas pasteleras elegían el pastel y con que lo decorarían, realmente siempre aparecían con preguntas como ¿de qué color quiere la crema? ¿Tiene que alcanzar para todos los invitados? ¿La quiere con chocolate? ¿Quiere que pongamos más de un muñequito? ¿Le ponemos flores de azúcar? ¿Algún ingrediente que no tengamos que usar?, ella parecía la que se encargaba de todo, a ella siempre le preguntaban

¿Por qué no iban con Milori? Cuando Clarión le preguntaba él decía un "el que tú quieras cariño, quiero que estés satisfecha" y con eso se limpiaba las manos... pero ¡ja! Él no podía escaparse del sastre que lo seguía a todos lados preguntándole de que tipo de negro lo quiere ¿con brillo o sin él? ¿Con algo en especial? ¿Con piedras preciosas? ¿Quiere que sea un saco con una camisa abajo? Y todas esas preguntas que si o si tenía que responder él ¡jamás creyeron que para una boda había que hacer tanto escándalo!

Las hadas del jardín se estaban encargando del lugar, las flores, los decorativos y esas cosas, las de la luz de la iluminación, de los faroles ¡del arcoíris y los fuegos artificiales! Las artesanas estaban haciendo una especie de ¿altar? Todas las hadas de todos los talentos tenían trabajo, realmente podrían haber hecho algo más simple pero todas las hadas querían lo mejor de lo mejor. Las hadas invernales elegían adornos invernales, tenían planeado hacer una nevadita o algo así... habían elegido que la fiesta se hiciera de noche, bajo el hermoso cielo estrellado que las hadas de vuelo veloz se iban a asegurar.

Clarión despidió a las modistas con la mano mientras ellas anotaban todo

–Mi señora- hablo Viola, la castaña se dio vuelta a mirarla con una sonrisa cansada

-¿Qué?- pregunto amablemente

–Lord Milori pide verla- dijo con cariño. Ella sonrió de medio lado

–Déjalo pasar- dijo mientras su vista se dirigía a fuera, todas las hadas estaban trabajando realmente emocionadas, ella dio una media sonrisa mientras acariciaba su abdomen

–veo que estas cansada- escucho esa peculiar voz masculina. Sonrió al ver al peliblanco

–Si me dejas todo a mí- dijo ella rodando los ojos

–Quiero que salga como tú quieras- dijo cariñosamente mientras la abrazaba

-¿y tú?- dijo mientras apoyaba su cabeza en su hombro

–Yo estoy satisfecho, podríamos haberlo hecho muy simple pero lógicamente hablando todos los demás nos están eligiendo las cosas- dijo divertido, ella rio de buena gana apoyando su frente en la de él. Ambos se empezaron a acercar pero la puerta se abrió haciéndolos desviar la mirada

–lamento interrumpirlos- dijo una hada de larga cabellera rubia y ondulada -¿Qué van a querer de bebida en su boda? ¿Jugos de que tipo? ¿Podemos poner galletas? ¿Quiere que pongamos cierta semilla en particular?- dijo mientras se ponía entre ambos y sacaba una libreta

–bueno...- estaba por responder cuando entro la modista

-¿va a querer un vestido blanco o color perla?- dijo

-¿acaso no es blanco?- dijo confundida

–No necesariamente su alteza- dijo entrando y sacando una hoja que contenía distintos colores –puede ser azul o celeste, también rosado o color piel, puede ser verde o amarillo...-

𝙴𝚕 𝚝𝚛é𝚋𝚘𝚕 |  ʟᴏʀᴅ ᴍɪʟᴏʀɪ ʏ ʟᴀ ʀᴇɪɴᴀ ᴄʟᴀʀɪᴏɴDonde viven las historias. Descúbrelo ahora