CAPÍTULO 4 - ¿Cuál es la próxima visita?

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Milori al verla irse de esa forma se sacó de encima a la pelinegra, aventándola prácticamente. Mina le grito un ¡oye! Por qué cayo contra un florero y el agua de este le había arruinado su tan precioso cabello.

Él salió corriendo atrás de ella hasta que llego a la puerta de la habitación. Con frustración noto que estaba cerrada

— ¡Clarión!- Llamo pero ella no estaba dispuesta a abrirle. El suspiro nervioso y luego miro la cerradura. Hiso una llave de hielo y entro al lugar. La castaña estaba sentada en su cama de espaldas a él mientras lloraba ¡se sentía tan mal! Las palabras de los reyes resonaban en su mente ¿acaso estar con Milori era un error? Sentía que el pecho le dolía y la respiración se le estaba complicando. Las lágrimas recorrían sus mejillas mientras ella tenía cerrados sus ojos con dolor mientras tenía rodeado su vientre con sus brazos –Clarión...- llamo con cariño

-¡vete!- le ordeno mientras abría los ojos pero seguía de espaldas a él

–Pero déjame explicarte...- murmuro tratando de acercarse

-¿explicarme? ¡¿Explicarme qué?! ¡Ya vi suficiente!- dijo bastante dolida

–Fue un accidente...- dijo mientras se acercaba con lentos pasos hacia ella

-¡vete!- dijo furiosa dándose vuelta a mirarlo lanzándole un florero que por suerte pudo evitar –yo podre cuidarlo sola- dijo mientras volvía a darle la espalda

-¿Qué?- dijo él sorprendido mientras prácticamente corría hacia el frente de ella. Ella solo siguió llorando sin prestarle atención. Milori se arrodillo delante de ella y puso sus manos encima de las de ella, pero la castaña las aparto

–Vete...- murmuro

–no puedes alejarme de ustedes ¡fue un accidente!- dijo casi desesperado

–Claro...- dijo mientras trataba de secar algunas lágrimas con una mano. Él tomo su rostro obligándola a mirarlo a los ojos

–tu sabes que no miento Clarión... ustedes dos son mi mundo... si me apartas de ustedes... yo simplemente no puedo vivir- susurro mientras las lágrimas amenazaban en salir –fue un accidente amor...- dijo mientras la mirada castaña y celeste se mezclaban. Ella lo abrazo arrodillándose también en el suelo mientras sollozaba

–lo siento... es que soy muy impulsiva...- susurraba ella mientras escondía su rostro en el pecho de su pareja

-no... yo lo lamento amor- murmuro con cariño mientras la ponía más contra él. Milori se quitó la capa cubriéndola con ella –está bien...- murmuro mientras apoyaba su frente en la de la castaña. Ella respiraba aun agitadamente, pero ya había dejado de llorar

–era una embajadora de la corona norteña... debí haber sabido eso...- susurro ella mientras se acurrucaba en él. Milori acaricio el pelo suelto de la castaña y beso con cariño su frente

–yo también debí haberlo previsto ¿Qué te parece si vamos los dos la próxima?- dijo cariñosamente mientras miraba sus ojos celestes. Ella asintió mientras se dejaba besar por el peliblanco. El beso empezó cariñoso y dulce, para luego volverse apasionado

–Milori...- llamo al notar a donde se dirigía todo esto

–Ya...- dijo sonriendo mientras ambos se sentaban sobre la cama

–lo lamento... a veces solo me dejo llevar- dijo sonriéndole

–Ten...- dijo dándole el pergamino. El señor del invierno se pasó la mano por el cabello y luego volvió a mirarla

-¿de quién es?- pregunto

–Léela, no es nada demasiado malo- dijo sonriendo algo preocupada -¿en voz alta?- pregunto, ella asintió, aunque ya la había leído era mejor así ¿no? El peliblanco abrió el pergamino que decía:

𝙴𝚕 𝚝𝚛é𝚋𝚘𝚕 |  ʟᴏʀᴅ ᴍɪʟᴏʀɪ ʏ ʟᴀ ʀᴇɪɴᴀ ᴄʟᴀʀɪᴏɴDonde viven las historias. Descúbrelo ahora