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POV Graham

Todas las mañanas de mi vida ahora habían empezado a cambiar, para bien.
No volví a despertar con dolores de cabeza o malestares estomacales producto de alguna resaca.
ahora, aunque por la ventana de mi habitación lloviera, yo tenía el sol en mi cama.

No podría describir a Damon de otra manera, él era brillante y cálido, con sus besos, caricias y abrazos; yo no era adepto al contacto físico, no fui criado de ese modo, pero con él todo tenía sabor a nuevo, a primera vez y aceptaba su tacto como la siembra seca a un dia de lluvia, asi me sentia, como si hubiese pasado casi veintisiete años totalmente seco y al fin alguien decidió llover sobre mí.

Él siempre tenía algo que contar; una anécdota, alguna experiencia sobre lo que sea, la primera idea que se le cruzara por la mente y yo, que siempre he sido alguien de pocas palabras exceptuando los negocios,me sentía afortunado de poder escucharlo,porque lo estaba conociendo, conocía su mundo,escuchaba su risa y todos esos sonidos ocupaban todo el silencio que siempre me ha acompañado; pasar mi tiempo con Damon era glorioso.

Hubo una mañana en particular.
Él había pasado el fin de semana en mi casa; habíamos cocinado juntos, intentamos ver películas pero terminabamos en la cama, era imposible despegarme de su cuerpo.

Durante las primeras horas del domingo desperté solo.
su ausencia estaba haciendose notar, cada vez lo necesitaba más entre mis brazos, sentía que si no despertaba oliendo su cabello o mirandolo con las pestañas llegando a sus mejillas, me despertaba mal.

Me senté en la cama dispuesto a encender un cigarrillo seguro de que estaría en el baño y fue entonces cuando la puerta se abrió.
Damon tenía mi ropa de dormir puesta (me encantaba que hiciera eso) y tenía en sus manos una gran, y quiero decir muy gran, bandeja de desayuno blindada con todo tipo de alimentos: frutas, cereales, cosas de reposteria, café, jugo, tostadas, y un largo etc.

-¿estás intentando hacerme aumentar de peso?

-tu desayuno y almuerzo es un café entre ambas comidas, tenes que alimentarte bien-dijo dejando todo sobre la mesa de noche

-vos tenes que alimentarte bien, te necesito fuerte-le respondí palmeando su trasero

-¿si? ¿y para que?

Cada vez que Damon fingia inocencia yo me volvia más débil.
no le dejaba saber eso, yo era el dominante y amaba serlo, pero tenía muchas cosas como esas que me volvían totalmente loco, totalmente humano.

le dije lo que tenía pensado para esa mañana, le encantaba cuándo le hablaba sucio.
se sentó sobre y me besó intenso, pero luego se separó de mi boca, tomó un trozo de fruta y lo acercó a mis labios

-mm...si, despues capaz,ahora desayuna

-Damon...

-dale, los dos tenemos que estar fuertes, las noches con vos son más que intensas

Eso disparó un pensamiento indeseado en mi cabeza.
nosotros no éramos pareja, solo salíamos, lo haciamos hacía más de un mes, pero no habíamos hablado de tener nada oficial.
mi mente empezó a unir piezas mientras él se comía el trozo de fruta que no pudo hacerme comer; ¿estaría con otros? ¿se iría de mi casa e iria a iluminar la de alguien más? ¿seria considerado el sol por otra persona?.
Me sentí muy mal.

-¿conmigo?-le pregunté dudoso

-con vos

-y...¿con otros como son?

-¿eso querías preguntar?-río y negó con la cabeza,o bien yo era muy obvio o él me conocía como nadie

-¿entonces?

PasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora