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Cuatro años después.

POV Damon

Al final Graham habia tenido razón.
Bob se encargó de dejarlo en la miseria.
le sacó la casa y los autos excepto su favorito que había sido un regalo de madre y al que,lamentablemente, tuvo que vender, el costo de mantenimiento estaba fuera de nuestro alcance y tuvimos que comprar uno común.

Nos mudamos juntos a mi departamento que Bob no pudo sacarle pues estaba a mi nombre.
tampoco pudo quedarse con la empresa y estuvo meses en hacer que alguna otra compañía lo tomara, todos parecían conocidos de su padre.

Cerca de un año más tarde y después de vivir únicamente de sus ahorros y mi sueldo en la cafetería, logró trabajar en una multinacional.
empezó como un empleado de ventas pero en cuestión de meses escaló a gerente de piso, mi hombre era el mejor en todo lo que hacía.

Nos casamos un tiempo después en una boda muy pequeña a la que asistieron mis amigos,mi família y la hermana de Graham que era la única que mantenía contacto con él.
no fue gran cosa, pero fue importante para nosotros, fue como el sello perfecto de nuestro amor.

Poco sabíamos que el verdadero sello de nuestro amor vendría en un envase pequeño, que pesaba solo tres kilos y que era capaz de hacer escuchar su llanto en una cuadra.
Simón llegó para cambiarnos la vida.

Habíamos querido tener un hijo por años pero era difícil porque no teníamos dinero, asi que el camino más acertado para nosotros fue la adopción.
Nuestro bebé llegó a nuestra família a la semana de nacido y desde el primer instante nos dimos cuenta de la desastrosa organización que teníamos.

-dios, te lo dije veinte veces, el asiento de bebé va con la cabeza del bebé hacía adelante, no atrás

-la verdad, Graham, para dar ordenes sos mandado a ser-proteste mientras retiraba el asiento, según mi esposo, mal puesto, para ponerlo de nuevo dentro del auto

-nunca te quejaste de mis ordenes-dijo a mis espaldas

-callate, desubicado, tenes a Simón a upa-le dije,haciéndolo reír

Nuestras peleas ya no eran en serio, desde que Graham se había convertido en un ciudadano común y corriente nos llevábamos mucho mejor.

aunque tenía razón, todavía había un ámbito en el que me gustaba recibir sus ordenes, y en el que su nombre no era Graham, si no Señor Coxon.
Sospechaba que con la llegada de Simón, ese ámbito iría disminuyendo.

Ese primer día fue irreal.
Habíamos preparado todo, el cuarto del bebé estaba pintado y listo para recibirlo.
tenía ropa, toda la que nuestros amigos le iban regalando, la que mi madre le tejia y la que nosotros le fuimos comprando.
tenía juguetes y osos de peluche, una lámpara en forma de elefante, una cuna, un cochecito y todo lo que se necesitaba.

pero Simón no dejaba de llorar.

con Graham habiamos pedido unos días de licencia y estábamos los tres encerrados en el departamento para adaptarnos.
en pocos dias estabamos rodeados de pañales, talco, ropa vomitada y fórmula para bebé en biberones, todo eso más el llanto incesante y noches enteras sin poder dormir.

-¿y si no le gusta este color? deberíamos haber comprado todos...

-este color es hermoso, además mi amor, lamento decirte esto, pero nosotros no tenemos plata-le dije mientras intentaba ponerle a Simón un diminuto saquito tejido color amarillo pastel.

Lo de no tener dinero era relativo, vivíamos bien y no nos faltaba nada, pero la vida de Graham tal como la conocía había terminado; ahora mi esposo tenía que conformarse con cosas de clase medía, y comprarle toda la paleta de colores al bebé no era de clase medía.

-a vos te gusta, capaz a él no

-Graham-dije con toda la calma que me permitía ser padre de un bebé que no dejaba de llorar-es solo un bebé...solo un bebé-trate de explicarle mientras acomodaba a Simón en la cuna

-es un ser humano, alguien distinto a nosotros que puede odiarnos

-nos va a odiar igual hagamos lo que hagamos

-vos a tus padres los amas

-mis padres son los mejores, no merecen el odio de...-me detuve cerrando los ojos. las secuelas de Bob aún eran frescas-dios, perdón, ni siquiera pensé...

-no te preocupes-dijo y se sentó en la mecedora

Graham habia cambiado mucho con el tiempo, claro que yo también, la vida juntos, los años y ahora la paternidad nos dejaba en personas totalmente nuevas.
sin embargo él tenía algo más, creía yo que era feliz, pero en el fondo cargaba cierta angustia, su padre no solo lo había despojado de todo, eso no era lo más importante, Bob se había encargado de dejarle muy en claro que si elegía esa vida, ya no sería su hijo, y su madre había estado de acuerdo.
era doloroso verlo sin poder superar aquello, pero no podía hacer nada,lastimosamente no estaba en mis manos.

Simón seguía llorando en la cuna.
a veces me preguntaba si él sería feliz,si el hecho de tener dos padres y ninguna madre le afectaria, si nos odiaria por eso.
nosotros teníamos mucho amor para darle y esperábamos que eso alcance.

Graham se levanto, caminó hasta la cuna y lo tomó en sus brazos

-tiene que aprender a dormir en la cuna, Grah

-es muy chiquito-dijo mientras acomodaba su cabeza delicadamente en su pecho-necesita saber que tiene a alguien

-nos tiene, pero...

-Mon, no tiene ni un mes, solo...un tiempo

se sentó de nuevo en la mecedora con el bebé acomodado en su pecho.
con una mano sostenía su cabeza y la otra la apoyó en su pañal dandole golpecitos suaves mientras se mecia despacio.
Empezó a tararearle una canción de los Beatles y eso me hizo sonreír, por supuesto que Graham iba a criar a su hijo como todo un pretencioso.

Simón se calmó y se durmió.
Graham me miró y sonrió y yo le sonreí de nuevo,supe en ese instante que todos esos momentos juntos como una familia iban a ser invaluables, tal vez no teníamos mucho,pero nos teníamos a nosotros y hasta ese entonces creía que era todo lo que importaba.

PasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora