Lo'ak siendo el

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(Lo'ak)

Lo'ak, sentado en la arena rodeado de sus amigos y familiares, comenzó a relatar la historia de la noche anterior. Neteyam, Kiri, Tuk, Rotxo, Ao'nung y Tsireya se acomodaron en círculo, atentos a sus palabras.

Con voz apasionada, Lo'ak describió cómo Ao'nung lo había dejado solo fuera del arrecife en medio de la oscuridad. Los ojos de sus oyentes se abrieron en sorpresa y preocupación mientras imaginaban la situación. Lo'ak continuó relatando cómo una criatura gigante emergió de las profundidades del mar, de fauces amenazantes, y cómo parecía que sería su fin. Pero antes de que pudiera suceder algo terrible, otra criatura, aún más grande, surgió de las aguas y se abalanzó sobre la primera, salvándolo de un destino cruel.

Justo cuando mi relato llegaba a su punto culminante, Agatha, apareció entre las hojas de los árboles cercanos. Pasos silenciosos la llevaron hacia el grupo, y se posó a un lado de Kiri. Agatha observó a cada uno de nosotros, pero evitó cruzar la mirada con Neteyam. Los ojos de Neteyam, sin embargo, permanecen fijos en Agatha, una mezcla de confusión y
curiosidad en su expresión.

Mis pensamientos se desvían momentáneamente hacia la tensión entre Agatha y Neteyam. ¿Qué podría estar ocurriendo entre ellos para que actúen de manera tan extraña? Sin embargo, dejo de lado mis especulaciones cuando Ao'nung dice.
Ao'nung—Los Tulkun aun no regresan, además ningún Tulkun anda solo.

Agatha— ¿Un Tulkun? -irrumpe con intriga.

Asiento con una sonrisa —Sí, un Tulkun. Solo tenía una aleta que le faltaba, como un muñón en la aleta izquierda.

Tuk—Pobre Tulkun

Mientras que Tsireya, Ao'nung y Rotxo intercambian miradas angustiadas, claramente conscientes de la importancia de ese nombre. Tsireya, con sorpresa en sus ojos, murmura —Payakan, es Payakan

Kiri, confundida pregunta —¿Quién es Payakan?

Sin embargo, es Rotxo quien toma la palabra, su voz llevando el peso del conocimiento compartido —Un macho que se volvió loco. Está solo, es un exiliado, y le falta una aleta.

Tsireya —Dicen que es un asesino.

Consciente de la gravedad de la acusación, trato de intervenir rápidamente —No...

Antes de que pueda terminar mi oración, Ao'nung retoma la palabra de su hermana —Mató a varios Na'vi y a otros Tulkun, aquí no, si no más al sur.

La insistencia de los comentarios oscurece aún más la conversación, pero intento nuevamente detener las conclusiones apresuradas —No, no es un asesino.

Tsireya—Lo'ak, no sé cómo sigues vivo -tomando su mano en un gesto de apoyo.

Lo'ak—Es que ya se los dije, él me salvó, es mi amigo -dije desesperado.

Neteyam, con una expresión burlona, se levanta de su lugar, aparentemente entretenido por la imaginación que cree que su hermano Lo'ak está tejiendo.

Camina hacia mí y coloca sus manos en mis hombros, sus palabras cargadas de sarcasmo —Mi hermanito, el gran guerrero que enfrentó al asesino Tulkun y pudo sobrevivir.

Agatha, que ha estado observando en silencio, lanza una mirada a Neteyam, casi suplicando con sus ojos para que se detenga. Sin embargo, mi irritación crece ante la falta de comprensión de mis amigos. Me levanto de mi lugar con enojo, sintiendo una oleada de frustración recorriendo mi ser. —No me están escuchando

Sin esperar a más, me alejo del grupo, tratando de controlar la furia que arde en mi interior. Cada paso que doy es una liberación de la energía acumulada, pero también una sensación de aislamiento. Siento el calor en mis mejillas, mis puños cerrados con fuerza. No quiero ser malinterpretado ni subestimado, no después de lo que viví.

Entre dos planetas / Neteyam SullyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora