Entre dos planetas / Neteyam Sully

¡Despierta!

(Agatha)

Estoy corriendo bajo la fuerte tormenta, mi cabello empapado me golpea la cara, y mi respiración agitada se mezcla con el sonido de las gotas que caen inclementes sobre mí. No sé de qué huyo, pero el miedo me impide mirar atrás para comprobarlo. Solo quiero alejarme de lo que sea que me amenace.Mientras corro sin prestar mucha atención a mi entorno, me doy cuenta de que me encuentro en un campo abierto. Mis recuerdos son confusos, borrosos, como si hubiera un gran destello y luego este oscuro escenario bajo la tormenta.El ambiente es gélido, y la lluvia que cae sobre mí me provoca escalofríos. Las gotas resbalan por mi piel empapada, y mi ropa, compuesta solo por unos shorts y una blusa sin mangas, no me ofrece mucha protección. Mis botas se hunden en el lodo a medida que avanzo, y el barro salpica mis piernas.De repente, mi agotamiento me vence, y caigo exhausta. Mis rodillas están heridas, pero mi determinación me impulsa a seguir. Comienzo a gatear con dificultad, mientras la lluvia no da tregua.Entonces, una voz inesperada resuena desde lo alto, y la lluvia se detiene, como si obedeciera la orden de esa voz.

—¿Qué estás haciendo?

—No lo sé -respondo con temblores en mi voz.

—¿Quién eres? -pregunta de nuevo la voz misteriosa.

—Tampoco lo sé -respondo, intentando levantarme, pero mis fuerzas me fallan y vuelvo a caer, comenzando a arrastrarme con los codos.—¿Y tú quién eres?

—Yo soy quien soy -responde la voz misteriosa, y un relámpago ilumina brevemente mi entorno.

Finalmente, me rindo y me dejo caer al suelo, cerrando los ojos para descansar.

—Yo te he traído aquí -dice la voz de nuevo- porque tienes algo que necesito.

—No soy nada -susurro con debilidad.

—Pandora sigue fuerte, Agatha. Necesito que me ayudes a protegerla. No estarás sola.

—¿Protegerla? Soy solo una humana de 18 años. Ni siquiera puedo protegerme a mí misma. ¿Y quieres que proteja un planeta?

—Yo mantengo el equilibrio y no me someto a las actitudes agresivas que adoptan. Yo apoyo. Estoy aquí para ti, Agatha. ¿Ves? Soy real

Siento su presencia en todas partes, a mi alrededor, detrás de mí, a los lados y al frente.

—Envíame -le digo, arrodillándome- Si soy lo que dices, entonces te creeré.

Levanto la cabeza, y siento sus manos tomar mis mejillas. Es una sensación extraña pero reconfortante. Luego, soplan en mis ojos, y de repente, mi espíritu se despierta.

Abro los ojos de golpe. La luz que se filtra a través del techo del Marui me ciega temporalmente.

 Me doy la vuelta con cuidado, y al levantarme, siento cómo el peso de mi cuerpo me abruma. Mis piernas tiemblan como espaguetis al dar los primeros pasos, y tropiezo, mareada por la falta de equilibrio.

No recuerdo lo que ha sucedido o dónde estoy. Escucho sonidos que provienen del exterior, y, por precaución, salgo por el medio del Marui, tropezándome una vez más pero sintiéndome más fuerte y decidida a descubrir la verdad de lo que ha sucedido.