Parte 5- Tacto insensible.

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Los días pasaron al igual que las noches en vela de dos personas quienes solo buscaban la felicidad de la más joven. Octavio trató de hacer todo lo que pudo para que el proyecto de ciencias de su sobrina se completara así fuese en la fecha límite, mientras ella, Mary, comenzó a tomar café, siendo el cerebro de la operación, dejando notas, sketches y todo tipo de consejos a su tío para cuando el sueño le vencía. Trataron y trataron hasta que los días se le iban agotando. Estaban frustrados, pero entonces, la noche antes de la feria lograron sacar a frote su pequeño proyecto estallando en jubilo que lograron despertar a todo el vecindario, pero no les importó. Ese lunes por la madrugada gritaron felices de ver sus resultados hechos realidad.
Mary abrazó con fuerza a su tío agradeciendo en un bucle infinito mientras Octavio solo pudo desplomarse en el suelo gracias a los días sin sueño que habían pasado juntos desde el inicio del último fin de semana antes de la feria. Pese a ello una gran sonrisa se percibió mientras su sobrina le seguía abrazando con firmeza.

"¡Y el segundo lugar es para Mary Anders Ions! ¡Un fuerte aplauso!" Todo jubilo que en la madrugada expresaron ahora se desplomó, pese a que el auditorio entero reconociera el esfuerzo de su sobrina Octavio no pudo evitar sentir la depresión inundar su alma al ver el rostro de la adolescente destrozarse al no haber ganado. La vio subir al estrado para tomar el premio sonriendo falsamente mientras mordía el interior de su mejilla en frustración. Sus amigos le abrazaron, le felicitaron por la participación, pero él, él solo podía ver la tristeza en su rostro. "Anímate un poquito, Otto." Logró escuchar de su cuñada antes de verle ir directo a su hija abrazándole con orgullo pese a la decepción. Por un momento recordó las palabras de su discípulo, sonriendo al fin tras pensar en todo el tiempo de calidad que había tenido junto a su sobrina, junto a su familia. Pero entonces, cuando estuvo por ir a felicitarle, un grupo de adolescentes se acercaron a su sobrina animándole al observar maravillados la rueda con el símbolo de uno de tantos vigilantes de Nueva York. Le vio sonriendo con honestidad, por fin, mientras todos hacían la señal característica del hombre araña, volviéndose niños por unos segundos en cuanto los super héroes eran el tema principal de conversación. Le vio feliz, sin rastro de decepción, por ende, él sonrió igual de feliz.

Cuando todos, no solo el trío familiar sino también los amigos de la más joven, estuvieron en el automóvil el ambiente volvió a transformarse en uno de enjundia con cada nota que sonaba de los parlantes del automóvil. Lo pactado era ir a un restaurante para celebrar el segundo lugar de Mary, adentrarse a Nueva york y, como final, pasear por Central Park hasta que la noche les llamara, pero, una vez más, la ciudad les tenía más retrasos, parando una y otra vez en avenidas por inconvenientes del tráfico. "¡El hombre araña!" Gritó Mary tras impulsarse hacia adelante, señalando con el dedo índice al frente del camino donde una diminuta figura avanzaba entre los edificios hacia ellos, llegando a pasar por encima del automóvil para luego girar a su derecha perdiéndose de la vista de los policías que iban tras de él. "¿El traje es nuevo?" Los primeros murmullos de los adolescentes comenzaron, pero los adultos absortos mantuvieron su mirar en la calle frente a ellos.
Pronto la comida fue servida y la paz llegó a ellos, aunque al retomar su itinerario fue imposible no ver al grupo de adolescentes correr por los rincones de Central Park. "¿Cómo van las clases?" Al estar solos los adultos lograron ponerse al corriente, Octavio ya había dado aviso de su situación, pero tras sus noches sin sueño el hablar con la mujer a su lado le fue imposible más allá de las cenas que tenían en familia. "Va perfecto, aunque el director sigue insistiendo en cancelar el viaje de fin de curso." Bufando escupió la molestia la mujer. "Pero es cerca de donde salió esa mano gigante ¿No? No parece muy seguro. Puede que aun a este punto emita radiación o algo peor. "
"Lo sé, pero los niños están muy entusiasmados y no quiero romperles la ilusión. Además, serán solo dos días. No puede pasar el fin del mundo en eso ¿Sabes?" Trató de rebatir con su acompañante tomando un giro a su izquierda para ir hacia los primeros bancos en donde buscar descanso. "Igual, es peligroso, Alice." Refutó el científico. "Vamos, como si nunca hubieras hecho locuras, Otto. Si algo no hacia Humberto era callarse." Tomando asiento, ambos, respiraron con tranquilidad, mirando al horizonte a todos los grupos que juntos se reunían a pasar la mañana. Llenos de paz, de felicidad y amor. "Sea como sea, me llevaré a Mary conmigo, le ayudará a distraerse." Por un momento el pánico se divisó en el mirar de Octavio. "¿Te la llevarás a un lugar que posiblemente es peligroso?"
"No, la llevaré a unas vacaciones para que se olvide de todo por un buen rato. " Aclaró la mujer cerrando los ojos al estirar sus manos hacia el cielo. "No creo que sea la mejor decisión, Alice." Declaró Octavio. "¿Por qué?"
"¿Qué pasa si algo les pasa? Además, no voy a estar ahí, será más complicado d—"
"Otto. Aprecio tu preocupación, pero puedo cuidar a mi hija, no la pondría nunca en pelig—"
"¿Y quién te va a proteger a ti?" Reclamó el adulto ganándose la desaprobación en el mirar de la madre viuda. "Por favor, Otto. No necesito que me cui—"
"Alice." Tomó su mano, sin previo aviso, arrojando un mirar de preocupación. No se podía permitir que algo así pasara de nuevo, entendiendo perfectamente lo que trataba de hacer, pero negándose rotundamente, más al tener la herida de su hermano tan fresca. "Vamos a estar bien, Otto."

Marvel's The Spectacular Spider-man IIIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora