13. suéter

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Al llegar al edificio de nuevo, bajaron del auto y subieron hasta el departamento de Quackity.

— Estas empapado, te vas a enfermar.— dijo Spreen mientras le ayudaba a quitarle la sudadera.

— Tu estás igual de mojado, nos tenemos que bañar.— tomo dos toallas y lo tomo de la mano.— Nos bañamos juntos?

Spreen se quedo quieto, como estatua, un leve sonrojo llegó hasta sus mejillas.

— P-pero..— tartamudeó un poco.— No hemos hecho nada, sería la primera vez que..

— Que te veo el pilin?—dijo el mexicano seriamente.

Spreen soltó una carcajada al escuchar eso.— Cállate boludo, pero si.

— Yo no tengo problema, digo, si no te sientes cómodo aun, podemos dejarlo para otro día.— le sonrió mientras se acomodaba el cabello.

— Estas seguro?— pregunto nerviosamente.

— Mhm.— asintió con la cabeza.— Podemos hablar después. 

— Okay, me parece.— sonrió tímidamente.

— No es como que vayamos a coger.— giro los ojos.— Aún. — murmuró.

— Que decis?— giró la cabeza hacia otro lado mientras sonreía. Lo volvía loco.

— Vamos a bañarnos ándale.— lo tomo de la mano llevándolo hasta el baño.

Quackity prendió la llave de la bañera, pondría la tina.

El mexicano se quitó la ropa, mientras sentía como aquellos ojos violetas se quedaban postrados en el.

El mayor no podía dejar de mirarlo, tenerlo de frente así era algo tan, diferente, no es que no haya pensado en el de la manera sexual, solo que en este tiempo no habían hecho absolutamente nada relacionado a eso, que se sentía como irreal.

Spreen se quito la camisa y el pantalón, quedando ambos en ropa interior.

— Ay no seas tan penoso.— bufo Quackity mientras se deshacía de la última prenda que llevaba.

Spreen miro hacia abajo por un segundo y después a los ojos del menor de nuevo. — Buena pija.

Quackity soltó una carcajada y comenzó a reír.— Cuando quieras.

El argentino terminó de desvestirse, sentía los ojos del pelinegro en el, lo devoraba con la mirada.

— Puedo decir lo mismo de ti eh? — le dio un leve codazo mientras ponía un poco de sales en el agua. — Pásale tu primero.

Spreen entro a la tina, el agua tenía una temperatura muy agradable, se recostó dejando sus brazos fuera.

Quackity se puso del otro lado de la tina, quedando en costados opuestos.

— Queres hablar? — preguntó el mayor, se sentía la tensión en el momento.

— Si..— suspiró el menor.

— Yo empiezo.— carraspeo la garganta.— Se que dije casi todo en la carta, si es que la leíste.— Quackity asintió con la cabeza.— Bueno, yo se que me porte como un pelotudo con vos, me distancié y se que eso estuvo muy mal, solo nunca había sentido esto, sentirme tan querido por alguien, sentir que le importo tanto a alguien de la manera romántica.

Tomó una pequeña pausa para continuar.— Esto del amor es muy nuevo para mi, nunca tuve algo serio con nadie, jamás había sentido esa necesidad de estar con alguien tanto hasta que te conocí a vos, y lo supe desde el momento que te sentaste en el avión junto a mi, fue como si ya te hubiera conocido de antes, de otra vida.

ángel sin cielo. / spreeckityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora